No debo dar lugar al
diablo.
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Bendiciones
Enio
Meditación Diaria
DESHÁGASE DEL ENOJO
EFESIOS
4:26-27 “26 Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol
sobre vuestro enojo, 27 ni deis
lugar al diablo.“
El apóstol Pablo escribió ampliamente
sobre el carácter y la conducta de los creyentes. Exhortó a los cristianos
diciendo: “Que andéis como es digno de la vocación con
que fuisteis llamados” (Efesios 4:1), y a ser “imitadores de” (Efesios 5:1). En sus cartas a
las iglesias, Pablo explicó lo que significaba tener una vida de santidad.
Primero, debemos dejar ciertos hábitos y
conductas, y sustituirlos con otros que sean aceptables a DIOS. Las conductas
“carnales” ya no son parte de nosotros. Tenemos ahora una naturaleza nueva, y
debemos conducirnos de acuerdo con la misma.
Gálatas 5:19-21 menciona quince
conductas específicas que debemos abandonar, entre éllas: enemistades, pleitos, iras, contiendas y disensiones.
Notemos el papel que juega el enojo en cada una de estas conductas: estimula
los desencuentros e inflama el antagonismo.
En segundo lugar, si nos enojamos,
tenemos que disculparnos de inmediato (Efesios 4:26).
El fruto del Espíritu (Gálatas 5:22,23) es el cambio de
los pensamientos y de las acciones pecaminosas. Si somos fácilmente irritables,
necesitamos adquirir paciencia. Si nuestro enojo nos exacerba, tenemos entonces
que convertirnos en personas serenas. El cambio es posible, porque el poder del
pecado sobre nosotros ha sido destruido de una vez por todas. Hemos sido
liberados para siempre para vivir de una manera agradable a DIOS.
Todos luchamos con alguna clase de
conducta pecaminosa, pero felizmente no tenemos que seguir con élla. Como
nuevas criaturas, ya no tenemos que ser definidos por lo que éramos antes de
ser salvos (2a Corintios 5:17). Para demostrar la
santidad que ahora es suya, colabore con la obra transformadora del Espíritu
Santo.
ORACIÓN: Padre
Celestial. Ayúdame para poder superar mi problema del odio. Te lo ruego Señor.
En el nombre de Cristo, amén.
Efesios 4:26-32 (RVR1995)
26 Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol
sobre vuestro enojo, 27 ni deis
lugar al diablo.
28 El que robaba, no robe más, sino trabaje,
haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que
padece necesidad. 29 Ninguna
palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la
necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes. 30 Y no entristezcáis al Espíritu Santo de Dios, con
el cual fuisteis sellados para el día de la redención.
31 Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira,
gritería, maledicencia y toda malicia. 32 Antes sed
bondadosos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como
Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.
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