lunes, 31 de marzo de 2014

EL BUEN SAMARITANO

No sigamos de largo…
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Enio
MEDITACIÓN Diaria
EL BUEN SAMARITANO
LUCAS 10:31-33 “Por el camino descendía un sacerdote, y aunque lo vio, siguió de largo. Cerca de aquel lugar pasó también un levita, y aunque lo vio, siguió de largo. Pero un samaritano, que iba de camino, se acercó al hombre y, al verlo, se compadeció de él.
Yue Yue era una niña de dos años que vivía en China. Élla fue un ejemplo vivo de la parábola del Buen Samaritano... sólo que no tuvo un final feliz. Yue Yue fue atropellada por un automóvil en la ciudad de Foshan. El conductor del automóvil se detuvo por unos momentos, y luego siguió de largo, dejándola tirada en la calle. Las cámaras de vigilancia mostraron que al lado de la niña lastimada pasaron varias personas en bicicleta, una persona en motocicleta, y una mujer con un niño. En total, una docena de personas vieron a la niña tirada en la calle, pero todas siguieron de largo. Eventualmente, Yue Yue fue rescatada por un recolector de basura. Pero eso fue después que la niña había sido atropellada una segunda vez. Yue Yue falleció en el hospital unas horas después.
¿Cuál fue la reacción de la gente ante esta historia? Algunas personas en China y en otras partes del mundo están escandalizadas por la falta de preocupación de quienes la vieron y no hicieron nada, mientras que otras dicen que las leyes hacen que sea muy peligroso ayudar a alguien que está lastimado. Escandalizados o a la defensiva, lo cierto es que la niña está muerta.
Que sea nuestro anhelo que ninguno de nosotros nos crucemos 'al otro lado del camino' cuando veamos a alguien que necesita ayuda, como aquellas personas que pasaron al lado de ella. ¿Por qué?
Porque nosotros también estábamos muriendo espiritualmente a causa de nuestros pecados y necesitábamos ayuda...  y nuestro Salvador se detuvo para ayudarnos, aunque no tenía por qué hacerlo. Jesucristo, Creador y Señor de todo, Inmortal, Eterno, sacrificó Su posición. ÉL descendió de Su trono para salvarnos. Este sacrificio es una demostración contundente del inmenso amor que DIOS nos tiene. La salvación de cualquier ser humano es posible sólo por ese acontecimiento histórico del sacrificio de Jesucristo en la cruz para el perdón de nuestros pecados. Con la muerte de Cristo, DIOS nos mostró cuánto nos ama.
Es por ello que ahora, quienes hemos sido perdonados y sanados, a veces tenemos la oportunidad de hacer por otros lo que ÉL hizo por nosotros, tratando de imitar Su ejemplo: detenernos en nuestro camino para ayudar a quienes nos necesitan; no seamos indiferentes ni nos sigamos de largo ante las necesidades de los demás, sino ayudémoslos.

ORACIÓN: Señor, cuando el pecado me había derribado y estaba indefenso, Jesús vino a mi rescate e hizo por mí lo que yo no podía hacer. Te doy gracias por salvarme, Te ruego me perdones mi egoísmo y mi indiferencia al no compartir Tu amor con los demás, y ayúdame a mostrarlo con hechos a aquellos que están en necesidad en estos momentos, para que Tu nombre sea glorificado en mi vida. En el nombre de Jesús, amén.

domingo, 30 de marzo de 2014

HORA DE SEGUIR ADELANTE

Yo elegí confiar en DIOS ¿y tú?
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Enio
Meditación Diaria
HORA DE SEGUIR ADELANTE
ISAÍAS 41:10 ”No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu DIOS que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.”
Mónica Seles estaba en su apogeo en 1993. La tenista era la No. 1 a los 19 años de edad y estaba batiendo marcas y venciendo a sus opositores… hasta el día en que un tipo saltó de las gradas y le clavó un cuchillo de 23 cm en la espalda.
Durante los siguientes dos años, Mónica se sometió a rehabilitación: física, emocional y mentalmente. Sus mayores batallas eran contra el temor, la depresión y la pérdida. No podía dormir en la oscuridad por temor a las sombras, pero con el apoyo de familiares, entrenadores y consejeros, Mónica regresó a los campeonatos de tenis. Se había quedado trabada en una montaña de dudas, pero encontró el valor para seguir adelante.
Cuando leemos el libro de Deuteronomio vemos al pueblo de DIOS mirando atrás a una época en que estaban trabados en una montaña. Pero DIOS dijo: «Bastante habéis permanecido en este monte. Volveos; partid e id…» (Isaías 1:6-7). Había muchos obstáculos: Los efectos físicos de vagar en el desierto arenoso y borrascoso sin hogar; los altibajos emocionales de la provisión sobrenatural de DIOS y sus castigos por la desobediencia de éllos; dudas sobre su capacidad mental al enfrentar opositores más fuertes. A la larga siguieron adelante porque DIOS les dijo que siguieran.
Él había hecho una promesa; éllos tenían que reclamarla. Así como a éllos, DIOS también te ha hecho promesas a tí, incluyendo: «Nunca te dejaré ni te desampararé» (Hebreos 13:5). Sea lo que fuere que estés atravesando, El siempre estará contigo. No te dejará solo en la oscuridad con temor a las sombras.
Mónica Seles todavía tiene una cicatriz. Élla dice que le hormiguea cuando va a llover. No hay duda de que los israelitas llevaban las cicatrices de vagar cuando entraron en la Tierra Prometida. Había obstáculos y batallas por el camino, pero llegaron. Y también tú llegarás, porque ÉL te dice: «No se asusten ni les tengan miedo. El Señor su DIOS marcha al frente y peleará por ustedes…» (Deuteronomio 1:30).
Busca el valor en ÉL. Si en algún momento te sientes tentado a detenerte, piensa en la vida de aquellos que al parecer habían sido derrotados por las circunstancias o por lo errores que cometieron en la vida; sin embargo, no se quedaron en la lona lamentándose o culpando a los demás por sus desgracias; tenían en su corazón una visión que los despertaba cada mañana, una firme decisión de lograr su sueño.
No temas enfrentar los desafíos que la vida te presenta hoy. No importa cuán grande sea tu montaña; lo importante es saber que puedes contar con DIOS quien en este momento está listo para sustentarte con la diestra de Su justicia, y ayudarte a seguir firme y adelante. ¡Esa es su promesa!
Hoy es el mejor día para confiar en DIOS y disfrutar de todo lo que ÉL nos da. Yo elegí confiar en DIOS ¿y tú?
ORACIÓN: Señor mi DIOS, gracias por recordarme que me amas y por Tu promesa que siempre estarás a mi lado. Te pido que Tu paz que va más allá de mis aflicciones y temores, alimenten cada día el deseo de confiar más en Ti. Concédeme en Tu gracia una confianza fuerte y grande que llene mi vida y glorifique Tu Santo Nombre. En Cristo Jesús, amen.


sábado, 29 de marzo de 2014

¿ACTUAMOS COMO NECIOS O COMO SABIOS?

Refuerza mi fe, Señor…
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Enio
Meditación Diaria
¿ACTUAMOS COMO NECIOS O COMO SABIOS?
PROVERBIOS 28:26 “Necio es el que confía en sí mismo; el que actúa con sabiduría se pone a salvo.”
SANTIAGO 1:5 “Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a DIOS, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.”
Hay personas que poseen muchos talentos y habilidades para cumplir con éxito las tareas que les han sido encomendadas. Su inteligencia se ubica usualmente por encima del promedio y todo lo que se proponen lo logran con mucha facilidad. Hasta aquí todo va bien. El único problema es que estas personas son tan habilidosas para llevar a cabo la mayoría de las tareas que ejecutan que terminan desarrollando una actitud de orgullo e independencia. Cuando llega la adversidad, éllos se enfrentan a élla con sus propias habilidades y capacidades muy seguros de que van a lograr vencer con sus propios medios cualquier cosa que se interponga en su camino. Ya no dependen de la ayuda de los demás y mucho menos de la protección de DIOS. La arrogancia ha tomado control de su manera de pensar y de su conducta y por ello terminan negando al Autor de la vida y la salvación. Su gloria es ser autosuficientes.
Lamentablemente para éllos, para vencer las dificultades se requiere algo más que autosuficiencia y habilidad. De allí que esta actitud sea muy peligrosa pues cuando el autosuficiente fracasa, dice que la culpa es de la mala suerte negando así la existencia de DIOS y su participación en el asunto.
Las adversidades no tienen como propósito probar nuestra capacidad para vencerlas por medio de nuestras propias fuerzas. Las adversidades tienen como propósito probar nuestra fe en DIOS.
Si siempre que nos topamos con un obstáculo únicamente dependemos de nosotros mismos y de nuestras fuerzas para avanzar, nunca vamos a tener la dicha de ver a DIOS obrando en nuestras vidas pues no Le estamos permitiendo que ÉL lleve a cabo la parte que le corresponde a ÉL y sólo a ÉL.
Reconozcamos que todas nuestra capacidades nos han sido dadas por DIOS. Aprendamos pues a depender cada día menos de nuestras propias fuerzas y capacidades y confiemos más en DIOS y Su poder. Sólo así podremos ejercitar correctamente nuestra fe.
Tomemos, pues, toda prueba y tribulación que venga sobre nosotros como una excelente oportunidad para desarrollar y reforzar nuestra fe. Ése es el propósito de la prueba y si no aprovechamos las dificultades para afianzar nuestra fe estaremos perdiendo el tiempo y demostrando nuestra falta de sabiduría.
Pongamos nuestra fe en la única persona que es digna de toda confianza, nuestro Señor y Salvador Jesucristo, el Hijo de DIOS. ¡Sólo a DIOS sea la gloria!
La Sabiduría de DIOS está disponible para todos
ORACIÓN: Ayúdame Padre Celestial, que en mis momentos de prueba ponga todo en Tus manos y refuerces mi fe, Señor. En el nombre de Cristo, amén.


jueves, 27 de marzo de 2014

¿CÓMO TRATO A LOS DEMÁS?

No hagas a otro lo que no quieres…
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Enio
Meditación Diaria
¿CÓMO TRATO A LOS DEMÁS?
FILIPENSES 2:3 “Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo.”
En un vuelo internacional que partía de Johannesburgo, un negro de la tribu bantú se sentó al lado de una elegante mujer blanca sudafricana. Indignada, la mujer llamó a la azafata para quejarse.
—¿En qué puedo servirle, señora? — preguntó la azafata.
—¿Es que no se da cuenta? Su aerolínea me ha sentado al lado de un bantú. No soporto viajar junto a este repugnante negro. ¡Búsqueme otro asiento!
—Cálmese, por favor, señora — le respondió la azafata. — Este vuelo está repleto, pero voy a ver si hay algún otro asiento disponible.
Ante esto la altanera mujer miró con desprecio al negro, y a su vez fue objeto de la mirada acusadora de los pasajeros testigos del incidente. A los pocos minutos regresó la azafata.
—Señora, tal como sospechaba, lamentablemente está llena toda esta sección en clase turista, pero nos queda un asiento en primera clase.
La altiva pasajera miró con petulancia y autosuficiencia a los demás pasajeros, pero antes de que pudiera decir nada, la azafata continuó: —Un cambio como este a primera clase es realmente excepcional, así que fue necesario que el capitán mismo lo concediera. Dadas las circunstancias, el capitán consideró intolerable que una persona se viera obligada a sentarse al lado de otra tan detestable. Dicho esto, la azafata se dirigió al hombre bantu y le dijo: —Disculpe, señor, tenga la bondad de tomar su equipaje de mano y acompañarme al frente, donde le tengo el asiento reservado —.
Manifestando su aprobación, los pasajeros que fueron testigos del suceso aplaudieron a su compañero de vuelo mientras éste se dirigía a primera clase para acomodarse en su merecido asiento. Con semejante actitud llevada a la práctica, cualquier empresa o compañía en la actualidad se anotaría un triunfo en las relaciones públicas, así como se cuenta que sucedió con aquella aerolínea. Ciertamente los demás podrán olvidar lo que decimos, pero jamás olvidarán la manera como los tratamos.
La Palabra de DIOS nos enseña que debemos tratar a los demás con humildad, integridad y justicia. Al apóstol Pablo le preocupaba que todos nosotros tuviéramos “con qué responder a los que se dejan llevar por las apariencias y no por lo que hay dentro del corazón.” (2 Corintios 5:12). Así como respondió el capitán de la aerolínea de esta anécdota. Pablo sabía que DIOS no juzga por las apariencias, sino con justicia, como su Hijo Jesucristo nos exhortó a que hiciéramos en Juan 7:24: “No juzguéis según las apariencias, sino juzgad con justo juicio.”
Cuando DIOS envió al profeta Samuel a ungir al que sería el próximo rey de Israel, le dio la siguiente recomendación: “No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón.” (1 Samuel 16:7). Como cristianos debemos enfocar nuestros esfuerzos a valorar las personas por sus principios y actitudes por encima de la apariencia externa.
¡Qué maravilloso sería este mundo si siguiéramos la enseñanza de Jesús con relación a la 'regla de oro' que nos dejó como parte de su legado, es decir si tratáramos a los demás tal y como quisiéramos que nos trataran a nosotros! Dice Mateo 7:12:  “Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos.”
Esta regla sencilla es la receta divina para destruir todos los prejuicios que existen en este mundo. Pidamos a DIOS que esta enseñanza se grabe en nuestros corazones y sobretodo que la apliquemos al tratar a aquellos que nos rodean.
ORACIÓN: Amante Padre celestial, te ruego que Tu Santo Espíritu use esta enseñanza para crear en mí una actitud humilde hacia mis amigos, mis compañeros de trabajo, mis familiares y todos aquellos con los que de una manera u otra me relaciono, y que yo pueda tratarlos como superiores a mí mismo, en obediencia a Tu palabra. En el nombre de Jesús, Amén.


miércoles, 26 de marzo de 2014

¿EN QUIÉN CONFÍAS?... YO, CONFÍO EN DIOS

Yo, confío en DIOS.
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Enio
Meditación Diaria
¿EN QUIÉN CONFÍAS?
JEREMÍAS 17:5-8 El Señor dice: «Maldito aquel que aparta de mí su corazón, que pone su confianza en los hombres y en ellos busca apoyo. Será como la zarza del desierto, que nunca recibe cuidados: que crece entre las piedras, en tierras de sal, donde nadie vive.»
«Pero bendito el hombre que confía en mí, que pone en mí su esperanza. Será como un árbol plantado a la orilla de un río, que extiende sus raíces hacia la corriente y no teme cuando llegan los calores, pues su follaje está siempre frondoso. En tiempo de sequía no se inquieta, y nunca deja de dar fruto.»
Norma y Luis habían estado felizmente casados por más de cinco años. Hacía tres años había nacido un niño que había traído aún más felicidad a esta pareja. Económicamente habían prosperado mucho, se llevaban muy bien, se amaban, en fin todo parecía indicar que era el matrimonio ideal. Un día, de manera inesperada, llegó la noticia bomba a oídos de Norma: Luis le había sido infiel por más de un año, con Gina, su mejor amiga desde que ambas eran unas adolescentes.
El negocio de Ernesto había progresado enormemente. Ahora podía darse el lujo de tomarse unos días de vacaciones de vez en cuando con su familia. Realmente necesitaba el descanso después de muchos años de trabajar duramente 14 o 15 horas diarias, 7 días a la semana. Por suerte podía estar tranquilo, pues sabía que podía dejarlo todo en manos de su “mano derecha” y amigo José Luis, el cual había demostrado que era muy eficiente en el manejo del negocio. Pero un día, Ernesto recibió una llamada de su contador, citándolo a una reunión urgente. Allí se enteró que su “hombre de confianza”, le había estado robando por medio de facturas falsificadas a nombre de clientes que no existían.
Lamentablemente, situaciones como éstas, y muchas otras, no suceden de manera esporádica, sino todo lo contrario; con frecuencia nos encontramos en la vida grandes decepciones, generalmente producto de haber puesto nuestra confianza en alguien que después nos traicionó.
Pero, ¿cómo podemos evitar estos desengaños? Ciertamente no es posible para nosotros saber qué hay en el corazón de las demás personas. Alguien puede estar fingiendo fidelidad, pero en realidad sus intenciones son otras. O quizás sus propósitos fueron buenos al principio, y después en algún momento cayó en tentación.
El pasaje de hoy nos da una clara advertencia que debemos tener en cuenta siempre: Aquel que confía en una persona sin tener en cuenta la dirección de DIOS es “maldito”, es decir está predestinado a sufrir malas consecuencias. ¿Qué, pues debemos hacer?
En el libro de los Hechos, capítulo 10, la Biblia nos habla acerca de una situación que puede servirnos como una gran enseñanza. Cuenta que en la ciudad de Cesarea “había un hombre llamado Cornelio, centurión de la compañía llamada la Italiana, piadoso y temeroso de DIOS”, el cual oraba cuando se le ordenó, en una visión, que enviara hombres a buscar al apóstol Pedro a la cercana ciudad de Jope, quien le diría lo que él tenía que hacer en aquel momento. Cuando estos hombres llegaron donde Pedro, él estaba orando, y allí el Espíritu le dijo: “He aquí, tres hombres te buscan. Levántate, pues, y desciende y no dudes de ir con éllos, porque yo los he enviado.” En otras palabras: “No te preocupes. Puedes confiar en éllos.” ¡Qué maravillosa seguridad envuelven estas palabras! ¡Si nosotros pudiésemos estar tan seguros al poner nuestra confianza en alguien!
El pasaje de hoy dice también: “Bendito es el hombre que confía en el Señor, cuya confianza es el Señor.” Podemos confiar plenamente en DIOS porque ÉL ha demostrado con creces Su amor por nosotros, porque todo lo sabe y todo lo puede y porque es fiel y nunca nos falla.
No nos dice esta enseñanza que debemos desconfiar de todos los que nos rodean, sino que debemos confiar primeramente en el Señor, y buscar en ÉL el discernimiento espiritual para saber en quién y hasta qué punto podemos depositar nuestra confianza en un momento determinado. Y, de alguna manera, el Espíritu Santo, como hizo con Pedro, nos lo hará saber.

ORACIÓN: Mi Padre Amante, te doy gracias porque puedo depositar en Tí toda mi confianza sin temor a que me vayas a fallar. Te ruego me des discernimiento para ver más allá de una amistad o una relación al momento de confiar en una persona. Te lo pido en el nombre de Jesús, Amén.

martes, 25 de marzo de 2014

¿ESTÁ TODO PERDIDO?... PARA DIOS NO HAY NADA IMPOSIBLE

Para DIOS no hay nada imposible.
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Enio
Meditación Diaria
¿ESTÁ TODO PERDIDO?
SALMOS 18:1-2 "Cuánto te amo, Señor, fuerza mía! El Señor es mi roca, mi amparo, mi libertador; es mi DIOS, el peñasco en que me refugio. Es mi escudo, el poder que me salva, ¡mi más alto escondite!"
Perder las esperanza es algo que puede ocurrir muy fácilmente, especialmente cuando más nos hace falta , es decir, cuando estamos sumergidos hasta el cuello en graves problemas o cuando hemos descendido tan bajo que llegamos a tocar fondo. En esos momentos, al analizar nuestra situación, nuestra mente nos indica que no hay posible solución y que todo está perdido. ¿Te has sentido así alguna vez?
Cuando los problemas nos agobian sin descanso y los conflictos surgen de todas las direcciones es muy poco el tiempo con que contamos para enfocarnos en cómo podemos escapar de la situación. El pánico nos inunda y el prospecto de que nuestra vida cesará se hace muy patente. Aún para un observador externo, que no está directamente siendo objeto de las dificultades, la situación lucirá como algo ineludible y el fracaso se verá como algo inevitable.
Tomemos un par de casos  de la Palabra de DIOS. Uno es el caso de José, el hijo de Jacob. Después de ser vendido por sus propios hermanos a la esclavitud, terminó dando con sus huesos en prisión. Todo iba de mal en peor, de libre a esclavo, de esclavo a preso y si las cosas continuaban así, pronto pasaría de preso a muerto. No obstante, a su debido tiempo DIOS lo sacó de la terrible situación en la que José se encontraba y lo elevó nada menos que al segundo puesto de poder y autoridad que había en el reino de Faraón. Si éso no es un impactante y exitoso retorno, no sé que lo pueda ser.
Al autor del pasaje de hoy, el rey David, también le ocurrió algo parecido. De fugitivo en constante huida llegó a ser un poderoso y exitoso rey que conquistó extensos territorios y amasó grandes bienes. ¿Te das cuenta de que para DIOS no hay nada imposible? No importa cuán grande sea el problema en que te hallas envuelto, DIOS siempre podrá bendecirte con una impactante reaparición.
En este mundo postmoderno, en el cual las incertidumbres y las dudas hacen estragos en la confianza de la gente no hay nada más refrescante que poder afianzarnos en algo sólido e inconmovible como la Palabra de DIOS. En élla podrás encontrar la solidez y el terreno firme que tanto ansías para reafirmar tu seguridad.
Aparta un tiempo de tu agitada agenda para acercarte al remanso de paz y fuente de nuevas fuerzas que es la perfecta y digna de toda confianza Palabra de DIOS.  Deposita toda tu confianza en el Señor y con valor y sin desmayar continúa adelante que la victoria está muy cercana y la recompensa no se hará esperar.

ORACIÓN: Gracias Padre Celestial porque en Ti encontramos esa fuerza y paz que necesitamos en momentos de pruebas… Gracias porque Tú nos brindas Tu Palabra como fuente de inspiración y confianza. Gracias Señor porque en Ti no hay nada imposible. Gracias por las muestras de Tu amor. En el nombre de Cristo, amén.

lunes, 24 de marzo de 2014

¿RECUERDAS CONTINUAMENTE LAS BENDICIONES DE DIOS?

Razones para agradecer y alabar a DIOS.
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Enio
Meditación Diaria  
¿RECUERDAS CONTINUAMENTE LAS BENDICIONES DE DIOS?
SALMOS 78:32-33 “A pesar de todo, siguieron pecando y no creyeron en sus maravillas. Por tanto, DIOS hizo que sus días se esfumaran como un suspiro, que sus años acabaran en medio del terror.”
Nuestra memoria se comporta de forma extraña. Para comenzar, nuestra memoria es selectiva, es decir, sólo recuerda algunas cosas y muchas otras las olvida. Qué olvidamos y qué recordamos depende en mucho del impacto que los eventos ocurridos hayan tenido en nuestra vida. Normalmente, sólo recordamos aquello que consideramos importante para nosotros. 
Ésto dice mucho de lo que realmente creemos. DIOS ha hecho grandes maravillas en nuestra vida, mas ¿cuántas de éllas recordamos con precisión y en todo momento? Si nos olvidamos de las grandes obras de DIOS en nuestra vida es porque no les hemos dado la importancia que se merecen y ésto se traduce en que no le estamos dando la honra a DIOS, Quien es el autor de éllas.
Así ocurrió con el pueblo judío cuando andaba errante por el desierto. El Señor les dio protección y dirección; también les dio agua, pan y carne y ni su calzado ni sus ropajes sufrieron desgaste todos esos años. Aún así, los afanes diarios prevalecían sobre los recuerdos de esos grandes milagros que contra toda explicación racional habían podido ver con sus propios ojos.
Nuestro comportamiento no es muy diferente de la conducta mostrada por el pueblo judío. Normalmente nuestros pensamientos nos están centrados en el recuerdo de las grandes obras que DIOS ha hecho para nosotros. Esto ocurre porque no le estamos dando la importancia que dichas obras merecen. Difícilmente podremos darle la gloria a DIOS si apenas podemos recordar lo que ÉL ha hecho por nosotros.
¿Tienes un momento disponible ahora para reconsiderar todo lo que el Señor te ha dado y ha hecho por ti? Te invito a hacer una lista de éllas. 1 He despertado en un nuevo día… 2 Salud… 3 Familia… 4 Trabajo… 5 etc., etc. Es posible que al principio te cueste recordar algunas cosas, pero a medida que vayas avanzando con la lista irás recordando más y más.
Ahora tienes delante de ti las razones por las cuales alabar a DIOS en todo momento. En vez de quejarte por lo que hoy te sucede podrás alabar a DIOS por todo lo que ha hecho por ti y ésto hará que tus quejas pasen a un segundo plano y hasta puedan desaparecer por completo.
Podemos y debemos elevar nuestras alabanzas a DIOS por las grandes maravillas que ha hecho en nuestras vidas, así como por las bendiciones que de ÉL recibimos a diario: por el perdón de nuestros pecados, por la sanidad de nuestras dolencias, por la salvación y la vida eterna, por Su amor y Su compasión, por los bienes con que nos ha provisto en abundancia, por mi familia y por las fuerzas que nos concede para enfrentar las adversidades, etc., etc.
Los beneficios que podemos disfrutar por causa de Su misericordia, Su fidelidad, Su gracia, Su solidaridad, Su justicia, Su majestad, Su autoridad y Su poder son algunas de las numerosas razones por las cuales debemos estar agradecidos delante de ÉL.
Los Salmos 103, 104, 105 y 106 son buenos ejemplos de cómo podemos alabar a DIOS. Hagamos de la alabanza y del agradecimiento una práctica de todos los días y que en cada instante de nuestra existencia podamos identificar muchas razones por las cuales podemos alabar y agradecer a nuestro Señor. ¡Solo a DIOS sea la gloria!

ORACIÓN: Gracia Padre Celestial por las muestras de Tu amor. En el nombre de Cristo, amén.

domingo, 23 de marzo de 2014

AMAR HASTA QUE DUELA

¿Soy capaz de amar hasta que duela?
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Enio
Meditación Diaria
AMAR HASTA QUE DUELA
1a JUAN 4:7-11 “Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de DIOS. Todo aquel que ama, es nacido de DIOS, y conoce a DIOS. El que no ama, no ha conocido a DIOS; porque DIOS es amor. En esto se mostró el amor de DIOS para con nosotros, en que DIOS envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a DIOS, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados. Amados, si DIOS nos ha amado así, debemos también nosotros amarnos unos a otros.”
En una reunión de matrimonios, algunos padres conversaban acerca de las dificultades y los sufrimientos que les ocasionaba guiar a sus hijos en los años de la adolescencia. Uno de ellos expresó: “Tal vez si no los amásemos tanto no sería tan doloroso.” ¡Cuánta verdad encierran estas palabras!
El amor duele, porque nos hace sensibles a las cosas pequeñas que afectan a aquellos a quienes amamos, las cuales, de otra manera, pasarían desapercibidas ante nuestros ojos. En su libro titulado “LOS CUATRO AMORES”, el famoso autor irlandés C. S. Lewis escribió:
“Amar es hacerse vulnerable. Si amas algo verás cómo se atormenta el corazón, y hasta es posible que te lo rompan. Si quieres cerciorarte de que permanezca intacto, no debes darle tu corazón a nadie, ni siquiera a un animal. Envuélvelo cuidadosamente en pasatiempos y pequeños lujos; evita todo enredo; asegúralo en el cofre o ataúd de tu egoísmo. El único lugar fuera del cielo donde puedes estar perfectamente a salvo de todos los peligros del amor es el infierno.”  
Claro que este consejo no está de acuerdo a los principios cristianos, pero su fundamento no deja de tener lógica.
En su primera epístola a los corintios, capitulo 13, el apóstol Pablo dice que “el amor es sufrido...” La palabra griega que se utiliza aquí describe una paciencia fuera de lo común. Se dice del hombre que ha sido ofendido y que, teniendo poder para vengarse fácilmente, no lo hace. Describe a aquel que es lento para el enojo. Es la misma palabra que se usa para referirse a DIOS mismo en su relación con los hombres.
El salmo 103:8 declara: “Misericordioso y clemente es Jehová; lento para la ira, y grande en misericordia.” Esto es posible porque “DIOS es amor”, dice el pasaje de hoy. Amar implica correr riesgos, exponer nuestros corazones, sacrificar algo valioso, soportar ofensas, traición, desilusiones. El amor “todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta”, también dice Pablo en esta primera carta a los corintios (1a Corintios 13:7).
¡Amar, a veces, duele mucho! A DIOS le dolió ver a su Hijo sufriendo horriblemente por llevar a cabo Su plan de salvación para un mundo que le había dado la espalda. A Jesús le dolió enormemente Su sacrificio, pero ÉL no dejó de amarnos, incluso a costa de Su vida. En el camino al Calvario, nuestro Señor fue humillado, torturado y finalmente clavado injustamente en la cruz. Allí El ocupó nuestro lugar, con el fin de librarnos de la condenación y ofrecernos la vida eterna. Todo esto por Su indescriptible amor por nosotros. Y de esta manera, ÉL nos manda que lo hagamos: “Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado. Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos.” (Juan 15:12-13).
¿Crees que no eres capaz de amar hasta que te duela? Acércate más a DIOS. Permite que Su Santo Espíritu te envuelva en Su amor, ese amor que “excede a todo conocimiento.”
Busca el rostro del Señor cada día de tu vida, lee la Biblia, medita en élla, ponla en práctica, ora sin cesar. Verás que el amor de DIOS se hará real en tu vida y podrás amar de la manera en que El te ama.
ORACIÓN: DIOS de amor y de misericordia, no tengo palabras con que agradecerte lo que has hecho por mí, a pesar de que no merezco nada. Por favor ayúdame a mostrar ese amor a los demás en cualquier circunstancia por dolorosa que esta sea para mí. En el nombre de Jesús, Amén.