domingo, 16 de marzo de 2014

¿TE PREOCUPA ENVEJECER?

Enséñame Señor…
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
¿TE PREOCUPA ENVEJECER?
SALMOS 90:1-12 “Porque todos nuestros días declinan a causa de tu ira; acabamos nuestros años como un pensamiento. Los días de nuestra edad son setenta años; y si en los más robustos son ochenta años, con todo, su fortaleza es molestia y trabajo, porque pronto pasan, y volamos. ¿Quién conoce el poder de tu ira, y tu indignación según que debes ser temido? Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría.”
Hay un asunto que interesa a todo el mundo, pero que normalmente sólo preocupa a aquellos que han alcanzado una avanzada edad. Esto es el envejecimiento. Lo interesante del proceso de envejecimiento es que cada uno de nosotros enfrenta el mismo panorama ineludible, sin embargo no todos lo manejamos de la misma manera. Todo depende de la perspectiva de cada cual.
El pasaje de hoy nos dice que nuestra vida pasa pronto. Sin apenas darnos cuenta, nos vemos envueltos en una conversación con nuestros viejos amigos en la que recordamos eventos que sucedieron hace 30, 35 o hasta 40 o más años atrás. Y a veces decimos: “¡Y parece que fue ayer!”
Esto coincide con la declaración de Moisés en este Salmo, diciéndole a DIOS: “Porque mil años delante de tus ojos son como el día de ayer, que pasó, y como una de las vigilias de la noche.” En efecto, en su infinito sentido de la eternidad, “para el Señor un día es como mil años, y mil años como un día”, escribió el apóstol Pedro (2a Pedro 3:8). El apóstol Santiago también se refirió a la brevedad de la vida de la siguiente manera: “Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece.” (Santiago 4:14).
A medida que vamos envejeciendo, nuestro cuerpo sufre cambios que muestran un deterioro físico progresivo. Muchos intentan retardar de alguna manera este proceso por medio de tratamientos cosméticos, cremas, lociones, pastillas, y hasta cirugías con el fin de eliminar las señales y los efectos del tiempo. Lo cierto es que, aunque pueda haber algún éxito en el intento, es sólo algo temporal.
El envejecimiento es inevitable, y su seguro final es la muerte. Debemos estar conscientes de ésto, y desarrollar un concepto positivo del paso del tiempo. El pasaje de hoy nos enseña que una perspectiva correcta de la vida requiere la búsqueda de la sabiduría divina. Y el apóstol Pablo escribió en 2a Corintios 4:16: ”Por tanto, no desmayamos; antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día.”
Nada podemos hacer para evitar el desgaste de nuestro cuerpo físico, pero sí está a nuestro alcance renovar nuestro interior, es decir el espíritu, el cual en definitiva, es lo único eterno en nosotros. Y esto lo logramos buscando una íntima comunión con el Señor, por medio de la oración y la lectura de su palabra día tras día.
ORACIÓN: Padre Santo, te doy gracias por la vida que me has dado. Te ruego me des sabiduría para disfrutarla al máximo conforme a Tus planes, cualquiera sea la etapa en la que me encuentre, ya sea en mi juventud o en mi vejez, sabiendo que siempre Tú estarás conmigo. En el nombre de Jesús, amén.


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