lunes, 31 de marzo de 2014

EL BUEN SAMARITANO

No sigamos de largo…
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Bendiciones,
Enio
MEDITACIÓN Diaria
EL BUEN SAMARITANO
LUCAS 10:31-33 “Por el camino descendía un sacerdote, y aunque lo vio, siguió de largo. Cerca de aquel lugar pasó también un levita, y aunque lo vio, siguió de largo. Pero un samaritano, que iba de camino, se acercó al hombre y, al verlo, se compadeció de él.
Yue Yue era una niña de dos años que vivía en China. Élla fue un ejemplo vivo de la parábola del Buen Samaritano... sólo que no tuvo un final feliz. Yue Yue fue atropellada por un automóvil en la ciudad de Foshan. El conductor del automóvil se detuvo por unos momentos, y luego siguió de largo, dejándola tirada en la calle. Las cámaras de vigilancia mostraron que al lado de la niña lastimada pasaron varias personas en bicicleta, una persona en motocicleta, y una mujer con un niño. En total, una docena de personas vieron a la niña tirada en la calle, pero todas siguieron de largo. Eventualmente, Yue Yue fue rescatada por un recolector de basura. Pero eso fue después que la niña había sido atropellada una segunda vez. Yue Yue falleció en el hospital unas horas después.
¿Cuál fue la reacción de la gente ante esta historia? Algunas personas en China y en otras partes del mundo están escandalizadas por la falta de preocupación de quienes la vieron y no hicieron nada, mientras que otras dicen que las leyes hacen que sea muy peligroso ayudar a alguien que está lastimado. Escandalizados o a la defensiva, lo cierto es que la niña está muerta.
Que sea nuestro anhelo que ninguno de nosotros nos crucemos 'al otro lado del camino' cuando veamos a alguien que necesita ayuda, como aquellas personas que pasaron al lado de ella. ¿Por qué?
Porque nosotros también estábamos muriendo espiritualmente a causa de nuestros pecados y necesitábamos ayuda...  y nuestro Salvador se detuvo para ayudarnos, aunque no tenía por qué hacerlo. Jesucristo, Creador y Señor de todo, Inmortal, Eterno, sacrificó Su posición. ÉL descendió de Su trono para salvarnos. Este sacrificio es una demostración contundente del inmenso amor que DIOS nos tiene. La salvación de cualquier ser humano es posible sólo por ese acontecimiento histórico del sacrificio de Jesucristo en la cruz para el perdón de nuestros pecados. Con la muerte de Cristo, DIOS nos mostró cuánto nos ama.
Es por ello que ahora, quienes hemos sido perdonados y sanados, a veces tenemos la oportunidad de hacer por otros lo que ÉL hizo por nosotros, tratando de imitar Su ejemplo: detenernos en nuestro camino para ayudar a quienes nos necesitan; no seamos indiferentes ni nos sigamos de largo ante las necesidades de los demás, sino ayudémoslos.

ORACIÓN: Señor, cuando el pecado me había derribado y estaba indefenso, Jesús vino a mi rescate e hizo por mí lo que yo no podía hacer. Te doy gracias por salvarme, Te ruego me perdones mi egoísmo y mi indiferencia al no compartir Tu amor con los demás, y ayúdame a mostrarlo con hechos a aquellos que están en necesidad en estos momentos, para que Tu nombre sea glorificado en mi vida. En el nombre de Jesús, amén.

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