sábado, 29 de marzo de 2014

¿ACTUAMOS COMO NECIOS O COMO SABIOS?

Refuerza mi fe, Señor…
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
¿ACTUAMOS COMO NECIOS O COMO SABIOS?
PROVERBIOS 28:26 “Necio es el que confía en sí mismo; el que actúa con sabiduría se pone a salvo.”
SANTIAGO 1:5 “Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a DIOS, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.”
Hay personas que poseen muchos talentos y habilidades para cumplir con éxito las tareas que les han sido encomendadas. Su inteligencia se ubica usualmente por encima del promedio y todo lo que se proponen lo logran con mucha facilidad. Hasta aquí todo va bien. El único problema es que estas personas son tan habilidosas para llevar a cabo la mayoría de las tareas que ejecutan que terminan desarrollando una actitud de orgullo e independencia. Cuando llega la adversidad, éllos se enfrentan a élla con sus propias habilidades y capacidades muy seguros de que van a lograr vencer con sus propios medios cualquier cosa que se interponga en su camino. Ya no dependen de la ayuda de los demás y mucho menos de la protección de DIOS. La arrogancia ha tomado control de su manera de pensar y de su conducta y por ello terminan negando al Autor de la vida y la salvación. Su gloria es ser autosuficientes.
Lamentablemente para éllos, para vencer las dificultades se requiere algo más que autosuficiencia y habilidad. De allí que esta actitud sea muy peligrosa pues cuando el autosuficiente fracasa, dice que la culpa es de la mala suerte negando así la existencia de DIOS y su participación en el asunto.
Las adversidades no tienen como propósito probar nuestra capacidad para vencerlas por medio de nuestras propias fuerzas. Las adversidades tienen como propósito probar nuestra fe en DIOS.
Si siempre que nos topamos con un obstáculo únicamente dependemos de nosotros mismos y de nuestras fuerzas para avanzar, nunca vamos a tener la dicha de ver a DIOS obrando en nuestras vidas pues no Le estamos permitiendo que ÉL lleve a cabo la parte que le corresponde a ÉL y sólo a ÉL.
Reconozcamos que todas nuestra capacidades nos han sido dadas por DIOS. Aprendamos pues a depender cada día menos de nuestras propias fuerzas y capacidades y confiemos más en DIOS y Su poder. Sólo así podremos ejercitar correctamente nuestra fe.
Tomemos, pues, toda prueba y tribulación que venga sobre nosotros como una excelente oportunidad para desarrollar y reforzar nuestra fe. Ése es el propósito de la prueba y si no aprovechamos las dificultades para afianzar nuestra fe estaremos perdiendo el tiempo y demostrando nuestra falta de sabiduría.
Pongamos nuestra fe en la única persona que es digna de toda confianza, nuestro Señor y Salvador Jesucristo, el Hijo de DIOS. ¡Sólo a DIOS sea la gloria!
La Sabiduría de DIOS está disponible para todos
ORACIÓN: Ayúdame Padre Celestial, que en mis momentos de prueba ponga todo en Tus manos y refuerces mi fe, Señor. En el nombre de Cristo, amén.


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