01 SETIEMBRE 2017
No importa lo que hayamos hecho.
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
¡NO TE LAMENTES SOBRE LA LECHE DERRAMADA!
Renuevo de Plenitud
PROVERBIOS
28:20 “El hombre fiel abundará en bendiciones.”
¡Ayer ya se fue, y nada
puedes hacer con relación a lo sucedido!
¡Sigue adelante!
¡No te lamentes sobre
la leche derramada!
Todas esas frases y dichos venían
a su mente, mientras se marchaba de la sala del tribunal. El matrimonio de Jim
había terminado. Era la primera persona que se divorciaba en su familia, y esta
realidad lo aplastaba.
¿Qué debe mi familia, pensar de
mí? Se preguntaba.
Un par de meses después, una
tarde nevada de invierno, tuvo la respuesta. Jim había viajado desde su casa en
el sur de Texas, a un pequeño pueblo situado en las Montañas Rocosas de
Colorado, para visitar a su hermano por la Navidad. Ya casi oscurecía cuando el
autobús se deslizó en el estacionamiento de una estación de servicio.
Enormes copos caían suavemente y
todo quedó cubierto de nieve. Jim estaba extenuado e inquieto, mientras
descendía del ómnibus. Repentinamente, encontró a Steve, su hermano mayor y Jim
quedó atrapado en un abrazo de oso de tal magnitud, que superaba a todos los de
su clase. Cuando Jim levantó la vista, vio a su padre parado a la orilla del
estacionamiento con una sonrisa en su rostro. El acto de bienvenida que le
habían ofrecido, le hizo sentirse amado.
Ese sencillo mensaje de amor y
aceptación transmitido en una tarde nevada de invierno, tuvo un profundo
impacto en la vida de Jim. No hizo desaparecer su pesar, como por arte de
magia, pero con el transcurso del tiempo le capacitó para ganar fortaleza y
aliento, cada vez que era recordado.
No importa lo que hayamos hecho,
somos valiosos y bienvenidos en el reino de DIOS y cada día es por cierto, un
nuevo día. Henry Wadsworth Longfellow escribió esta verdad: “Cuando la marea esté más baja, es que ya va a cambiar su
nivel.”
OREMOS:
Gracias Padre Celestial porque todos los días son tuyos y al final de la
jornada, no importa lo que hayamos hecho ahí estás Tú para recibirnos con los
brazos abiertos y darnos ese abrazo de paz y amor que sólo Tú puedes dar.
Gracias Señor. En el nombre de Cristo, amén.