Sigue el ejemplo de Jesús: ayuda a los
necesitados.
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
ACCESIBLE A TODOS
Nuestro
Pan Diario
Leer Marcos 10:42-52**
MARCOS 10:45
“… el Hijo del Hombre […] vino […] para servir,
y para
dar su vida en rescate por muchos.”
En esta cultura obsesionada con los famosos,
es de esperar que los empresarios comercialicen «a las
celebridades como si fueran productos […] y vendan su tiempo personal y su
atención». Según un artículo, por 15.000 dólares, puedes tener un
encuentro personal con la cantante Shakira, y con 12.000 dólares, tú y
once invitados pueden almorzar con el famoso chef Michael Chiarello.
Aunque muchos trataban a Jesús como una
celebridad al seguirlo, escuchar Sus enseñanzas, observar Sus milagros y buscar
Su toque sanador, ÉL nunca se mostró engreído ni distante; todos podías acceder
a ÉL siempre. Cuando Sus seguidores Jacobo y Juan competían por una posición en
Su reino venidero, Jesús les recordó a Sus discípulos: «el
que de vosotros quiera ser el primero, será siervo de todos» (Marcos
10:43-44).
Poco después, Jesús demoró a la procesión que
lo seguía para preguntarle a un mendigo ciego: «¿Qué
quieres que te haga?» (v. 51). «Maestro, que
recobre la vista», respondió el hombre. De inmediato, recuperó la vista
y empezó a seguir a Jesús (v. 52).
Nuestro Señor «no
vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por
muchos» (v. 45). Que, al igual que ÉL, podamos ser compasivos y estar a
disposición de otros hoy. — David C. McCasland
OREMOS: Señor, te honramos como el Hijo de DIOS y
el glorioso Señor que murió por todos. En Tu
Nombre, amén
Leer Marcos 10:42-52**: 42 Pero Jesús,
llamándolos, les dijo: —Sabéis que los que son tenidos por gobernantes de las
naciones se enseñorean de ellas, y sus grandes ejercen sobre ellas potestad. 43 Pero no será
así entre vosotros, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros, será
vuestro servidor; 44 y el que de vosotros quiera
ser el primero, será siervo de todos, 45 porque el Hijo del hombre no
vino para ser servido, sino para servir y para dar su vida en rescate por
todos.
46 Entonces
vinieron a Jericó; y al salir de Jericó él, sus discípulos y una gran multitud,
Bartimeo, el ciego, hijo de Timeo, estaba sentado junto al camino, mendigando. 47 Al oír que era
Jesús nazareno, comenzó a gritar: —¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de
mí!
48 Y muchos lo
reprendían para que callara, pero él clamaba mucho más:
—¡Hijo de
David, ten misericordia de mí!
49 Entonces
Jesús, deteniéndose, mandó llamarlo; y llamaron al ciego, diciéndole: —Ten
confianza; levántate, te llama.
50 Él entonces,
arrojando su capa, se levantó y vino a Jesús. 51 Jesús le
preguntó: —¿Qué quieres que te haga?
El ciego le
dijo: —Maestro, que recobre la vista.
52 Jesús le dijo:
—Vete, tu fe te ha salvado.
Al instante
recobró la vista, y seguía a Jesús por el camino.
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