De todos modos…
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
DE TODOS MODOS ¡FELIZ CUMPLEAÑOS!
ISAIAS 41:13 “Porque yo, el Señor tu DIOS, te he tomado de la mano y te he dicho: “No tengas miedo, yo te ayudo”.
José Canepa, se despertó temprano, se estiró sobre la cama, miró la fecha en el calendario, ¡30 de Mayo! ¡Día de su cumpleaños! Pero no toda ocasión de cumpleaños trae felicidad.
Canepa sonrió y se encaminó al baño. Quiso encender un cigarrillo, pero había una fuga de gas en el baño, y hubo una explosión que lo dejó con quemaduras graves. Llamaron a una ambulancia que mientras lo trasladaba, camino al hospital, chocó con otro vehículo y José sufrió una fractura de una pierna. Lo subieron a otra ambulancia. Al llegar al hospital, se resbaló de la camilla y se dislocó un tobillo.
Estas fueron las aventuras de José Canepa en su día especial. El médico, que tuvo que curarle las quemaduras, enyesarle la pierna y vendarle el tobillo, le dijo: -“De todos modos, don José, ¡FELIZ CUMPLEAÑOS!”-.
Hay fechas en el año que obligan a hacer un saludo tradicional. Por eso decimos: “¡Feliz cumpleaños!”, o “¡Feliz Navidad!” o “¡Feliz Año Nuevo!”, o “Felices Fiestas Patrias”, etc., etc., aunque en ese día nos vaya tan mal de todos modos damos el saludo porque es lo correcto.
Sin embargo, lo cierto es que los días de nuestra vida están llenos de sorpresas, y éstas no discriminan entre los días especiales y los días ordinarios. El día menos pensado puede sonar la alarma, trayendo el sobresalto y la desventura. Nadie sabe, al levantarse en la mañana, de qué modo llegará uno al descanso nocturno. El día puede depararnos bienestar o calamidad.
¿Qué nos dice todo esto? Que debemos vivir con fe. Que como la vida es tan incierta, tan insegura, debemos tener cada momento de cada día nuestra fe y confianza puesta en el SEÑOR que tiene todo bajo control.
Esa persona es JESUCRISTO: SEÑOR, SALVADOR, MAESTRO, MÉDICO Y AMIGO. No obstante, debemos reconocer que el poner nuestra vida en las manos de CRISTO no nos pone necesariamente fuera y a cubierto de los problemas, pero sí nos libra de la desesperación. Nuestro problema no es la desventura, es la desesperación; es, en otras palabras, la manera como reaccionamos.
Cuando CRISTO es nuestro SEÑOR y DUEÑO, podemos confiar en ÉL, que todo Lo hace bien. No siempre comprenderemos el por qué de la desventura, pero podemos siempre tener fe en el amor y en la sabiduría de DIOS. ÉL nos da la paz que necesitamos.
Más vale que recordemos que ninguno de nosotros tiene previo conocimiento de lo que va a pasar. El único que conoce el futuro es DIOS, que todo lo sabe y tiene nuestra vida en sus manos.
ÉL es el SEÑOR de todas las circunstancias.
Pongamos nuestra confianza en ÉL.
OREMOS: SEÑOR. Gracias por este nuevo día que me das.
Gracias porque has permitido que abra mis ojos y siga en este mundo. Gracias por el descanso de la noche y las bendiciones recibidas. SEÑOR, te pido para este día Tu guía, ayuda y protección, para mí, mis seres queridos y amigos. Que al final del día, al recapitular,
mi oración sea siempre de agradecimiento.
Gracias por las muestras de Tu amor.
En el amor de CRISTO JESÚS, amén.
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