EFESIOS 4:1-3 "Yo, pues, prisionero del Señor, os ruego que viváis de una manera digna de la vocación con que habéis sido llamados, 2 con toda humildad y mansedumbre, con paciencia, soportándoos unos a otros en amor, 3 esforzándoos por preservar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz."
El 2 de Mayo de 2003, la escuela secundaria donde asistía Melissa, le hizo un gran y duradero homenaje, al dedicar su nuevo campo de softball a su memoria. En la ceremonia, que marcó la apertura del CAMPO DE SOFTBALL RECORDATORIO MELISSA BRANON, la escuela puso y mostró una piedra grabada recordatoria a las futuras generaciones, a la joven de la cual yo decía cada vez que atrapaba bien la pelota: "Es la mejor jugada que he visto en mi vida."
En esa piedra está grabado el siguiente versículo: "Con toda humildad y mansedumbre, con paciencia, soportándoos unos a otros en amor" (Efesios 4:2). Ése fue otro pasaje que Melissa marcó en su Biblia, y su mamá y yo pensamos que era el apropiado para un campo deportivo.
Muchas veces en los deportes, los términos humilde y manso no parecen encajar. Muchas veces, la manera de jugar un deporte se caracteriza por un orgullo exagerado y una rudeza airada. Sin embargo, Melissa pudo competir a nivel titular en softball y vóleibol sin ninguna de esas características.
Parte de la razón por la que su carrera deportiva se caracterizó por los elementos de este versículo fueron sus compañeras de equipo. Aunque todas las jóvenes se esforzaron mucho en los juegos y tuvieron bastante éxito en sus años titulares, raras veces perdían de vista la meta de jugar para la gloria de DIOS y de preocuparse unas por otras.
Una de las compañeras de equipo de vóleibol de élla escribió: "Melissa, me inspirabas la manera en que nunca retrocedías, siempre seguías adelante y nunca te dabas por vencida." Esa era la manera en que élla y sus compañeras de equipo jugaban. Sin embargo, no eran arrogantes.
Siempre que tenemos la oportunidad de competir debemos prepararnos al máximo y luego hacer todo el esfuerzo que podamos. Y siempre debemos recordar, incluso en lo peor de las batallas, ser humildes y mansos. En los deportes y en la vida, podemos reflejar las características de JESÚS. JDB
¿Cómo puedo ser amable si practico un deporte como la natación o el fútbol? ¿Podría ser que aunque juegue duro no juegue sucio ni sin romper las reglas? ¿Y el orgullo? ¿Es posible tener confianza y el deseo de ser el mejor sin desistir de ser humilde? En resumidas cuentas: la mansedumbre no es debilidad.
OREMOS: Señor mi DIOS. Tú me conoces. Tú eres mi PASTOR. Ayúdame a ser una persona que sea manso y humilde de corazón, que no me deje llevar por mi orgullo y no haga a otro lo que no quiera que me haga. Que ame a mi prójimo como a mí mismo. Te lo pido en el nombre de nuestro Señor JESUCRISTO, amén.
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