ÉL es la solución…
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
ÉL INCLINA A MI SU OÍDO
SALMOS 116:1-2 “Yo amo al Señor porque El
escucha mi voz suplicante. Por cuanto él inclina a mí su oído, lo invocaré toda
mi vida.”
Una de las razones por las cuales
podemos confiar plenamente en nuestro amante Padre Celestial es que ÉL es
alguien que no nos ignora. Todo lo contrario, ÉL siempre nos dedica toda Su
atención y está pendiente de cada mínimo detalle de lo que ocurre en nuestras
vidas. Apenas salen las súplicas de nuestros labios—incluso antes—ya ÉL las
está escuchando y preparando una respuesta adecuada a nuestras necesidades, de
acuerdo a Su voluntad. ¿Dónde más podríamos conseguir tan alto nivel de
atención y preocupación por nosotros?
El Rey David era un hombre que
vivía su vida de acuerdo con el corazón de DIOS. Él siempre actuaba en
consonancia con los deseos del Señor. Él sabía que era lo que a DIOS le
agradaba y no sólo lo sabía, sino que su conducta se adaptaba a lo que DIOS
exigía de él. No obstante, el se vio sometido a numerosas pruebas y
persecuciones. Siempre tenía que estar huyendo de quienes lo perseguían. Hasta
quienes alguna vez los consideró como amigos ahora se contaban con sus enemigos
y le costó muchísimo disfrutar la paz. Sin embargo, las pruebas y dificultades
que atravesó David nunca se constituyeron en una barrera para apartar su
corazón del corazón de DIOS. Todo lo contario, mientras más persecuciones y
dificultades lo rodeaban, más se apegaba a la misericordia de DIOS y su amorosa
protección.
Por esta misma razón cada vez que
se nos presente un obstáculo en el camino o sintamos que nuestras fuerzas
disminuyen y ya no podemos seguir adelante, podemos acudir al Señor y ÉL inclinará
su oído atento para darnos la solución perfecta para nuestras vidas.
Nosotros tenemos en David un
excelente ejemplo de cómo mantenernos en la presencia de DIOS.
Busquemos siempre Su presencia y
nunca dejemos de hacerle saber cómo nos sentimos y cómo dependemos de ÉL hasta
para las cosas más sencillas de la vida.
DIOS nos escuchará y nos protegerá
con Su tierno amor. Por eso digamos junto con el salmista: “Lo invocaré toda mi vida”.
ORACIÓN: Padre Celestial. Perdóname Señor
porque muchas veces trato de solucionar mis problemas recurriendo a todos los
medios que están a mi alcance olvidándome que Tú eres y tienes la solución a
todos éllos. Perdóname Señor y ayúdame a que lo primero que haga, cuando se me
presente algún problema o prueba, recurra a Ti Señor. Gracias por las muestras
de Tu amor. En el nombre de Cristo, amén.