Cada día al levantarte entrégale al Señor tu boca.
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
BOCA
BOCA
SALMOS 141:3 ”Pon guarda a
mi boca, oh Jehová; guarda la puerta de mis labios”. (Reina - Valera)
SALMOS 141:3 ”Señor, ponle a mi
boca un guardián; vigílame cuando yo abra los labios”. (DIOS Habla Hoy)
Una de las armas mortíferas del ser humano es su lengua descontrolada. Es probable que élla haya causado más daño
que cualquier arma de fuego.
Las palabras que salen de nuestra boca pueden edificar o destruir, bendecir
o maldecir, animar o desanimar. Alguien
dijo con razón que “DIOS nos dio dos orejas para oír y
una boca para hablar.“
Debemos reconocer que muchas veces hablamos de más o emitimos juicios que
no deberíamos decir. Poner un freno en
nuestra boca es un hábito que se puede aprender, especialmente si se tiene la
tendencia a hablar más de la cuenta. Las
peleas, los conflictos y las discusiones siempre se hacen con la boca.
El pasaje de hoy nos dice que debemos pedirle al Señor que guarde nuestra
boca, que le ponga un guardián, para que de élla sólo salgan palabras de
bendición. A veces se originan discusiones,
donde las palabras se transforman en griterío y el calibre de éllas son
destructoras.
Debemos aprender a domar nuestra lengua antes que lleguen las
discusiones. En medio del “calor” de una discusión es bien difícil
callarse. Más vale hacer silencio y
dejar que la otra persona revele lo que tenga en su corazón, por lo que dice,
que ponerse a la altura de élla diciendo cosas que no convienen.
En tu trabajo, en tu familia, en tu barrio quizás éste sea un momento para
poner guardia en tu boca y no decir palabra.
Muchas veces el silencio es salud.
Cada día al levantarte
entrégale al Señor tu boca para que de élla no salga ninguna palabra destructora.
OREMOS: Señor, ayúdame a
callar cuando sea necesario y hablar en el momento adecuado. Hazme un canal de bendición con mis
palabras. Gracias DIOS mío. En el nombre
de Cristo, amén.
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