domingo, 9 de diciembre de 2018

BUENA DISCIPLINA

DIOS siempre busca nuestro bien.
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Bendiciones,
Enio
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BUENA DISCIPLINA
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**Leer Hebreos 12:4-11
HEBREOS 12:5-6 “y han olvidado ya lo que Dios les aconseja como a hijos suyos. Dice en la Escritura:
«No desprecies, hijo mío, la corrección del Señor, ni te desanimes cuando te reprenda. Porque el Señor corrige a quien él ama, y castiga a aquel a quien recibe como hijo.»”
Para obtener una comprensión más profunda de la naturaleza amorosa de la disciplina de DIOS, trata de recordar tu propia infancia. Tal vez tú escuchaste decir a uno de tus padres: “Esto me duele más a mí que a ti”. En ese entonces, es posible que no apreciaras ni creyeras esas palabras. Ni comprendieras el verdadero significado hasta que te convertiste en adulto. La disciplina es dolorosa, tanto para el destinatario como para el administrador, pero los beneficios superan al sufrimiento.
Los buenos padres aman a sus hijos lo suficiente como para mirar más allá de su comodidad inmediata y trabajar en función de una meta más beneficiosa a largo plazo: la transformación de jóvenes necios y egocéntricos en adultos sabios y amorosos. El PADRE Celestial trabaja de la misma manera para ayudar a Sus hijos a madurar. La disciplina divina es una parte necesaria del proceso, y una expresión de Su amor y bondad.
Aunque DIOS conoce los medios más efectivos para disciplinarnos, el resultado es influenciado por nuestras actitudes. Podemos elegir someternos y ser capacitados por ÉL, o rebelarnos y desperdiciar la oportunidad de crecer en semejanza a CRISTO.
DIOS siempre busca nuestro bien, pero cuando elegimos nuestro propio camino, rechazamos lo mejor y entristecemos su corazón.
Si tú no alineas tus pensamientos con la verdad de las Sagradas Escrituras, el dolor y el sufrimiento de la disciplina divina pueden producir el fruto de una actitud amarga, un corazón airado y una visión distorsionada de DIOS.
De manera que, confía en la voluntad perfecta del PADRE Celestial y disponte a aprender. ÉL producirá el fruto de la justicia en tu vida.
OREMOS: PADRE Celestial ayúdame a través de Tu Espíritu Santo a comprender y entender Tu Palabra. Que Tu amor y bondad se encuentren en mi hogar y que la disciplina que llevemos 
sea de acuerdo a Tú voluntad.
En el nombre de Cristo, amén.
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**Leer Hebreos 12:4-11 (DHH)
Pues ustedes aún no han tenido que llegar hasta la muerte en su lucha contra el pecado, y han olvidado ya lo que Dios les aconseja como a hijos suyos. Dice en la Escritura:
«No desprecies, hijo mío, la corrección del Señor, ni te desanimes cuando te reprenda. Porque el Señor corrige a quien él ama, y castiga a aquel a quien recibe como hijo.»
Ustedes están sufriendo para su corrección: Dios los trata como a hijos. ¿Acaso hay algún hijo a quien su padre no corrija? Pero si Dios no los corrige a ustedes como corrige a todos sus hijos, entonces ustedes no son hijos legítimos. Además, cuando éramos niños, nuestros padres aquí en la tierra nos corregían, y los respetábamos. ¿Por qué no hemos de someternos, con mayor razón, a nuestro Padre celestial, para obtener la vida? Nuestros padres aquí en la tierra nos corregían durante esta corta vida, según lo que les parecía más conveniente; pero Dios nos corrige para nuestro verdadero provecho, para hacernos santos como él. Ciertamente, ningún castigo es agradable en el momento de recibirlo, sino que duele; pero si uno aprende la lección, el resultado es una vida de paz y rectitud.


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