Nuestra oración…
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meditación.
Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
SALVAMENTO EN EL
MAR
Nuestro
Pan Diario
MATEO 7:7-8 "Pidan, y se les dará; busquen, y encontrarán;
llamen, y se les abrirá. Porque todo el que pide, recibe; el que busca,
encuentra; y al que llama, se le abre"
La tempestad era espantosa, con vientos
de 120 kilómetros por hora, y rachas que llegaban a los 170. El pesquero ruso
«Briz», de seis mil toneladas, se anegaba en las aguas del mar del Norte.
Cuando el capitán Sverdlovsk, del pesquero ruso, vio que
su nave se hundía, irradió una llamada de auxilio, y un remolcador holandés, el
«Carlot», acudió en su ayuda.
Pero el salvamento se hacía casi
imposible. Era como si
toda la furia de los vientos y las inmensas olas del mar se hubieran propuesto
no permitir el rescate de ninguno de los cincuenta y seis marineros a bordo del
«Briz».
Después de algún tiempo de tratar de
ejecutar el salvamento y de agotar todos los recursos sin poder transferir a un
solo hombre, el capitán del remolcador «Carlot», André Ruyg, de cuarenta y dos años de edad y
creyente en DIOS, hizo lo que para un capitán era insólito. Pidió ayuda
divina: «¡DIOS mío,—rogó—, ayúdanos! Sólo Tú puedes calmar esta tempestad.»
De repente los vientos comenzaron a
calmarse y las inmensas olas perdieron su furia. El salvamento pudo llevarse a
cabo, y aunque el pesquero «Briz» se hundió, no pereció ninguno de los
marineros.
Las batallas del hombre contra el mar
tienen siempre acentos épicos. ¡Es tan grande el océano y son tan pequeños los barcos!
¡Son tan altas las olas y tan frágiles los cascos de las embarcaciones!
Por eso el marinero supo clamar a DIOS,
y al igual que en aquella célebre tormenta en el mar de Galilea de dos mil años
atrás, Jesús vino en auxilio caminando sobre las olas.
Aprendamos a orar. No es cuestión de
aprender ciertas oraciones redactadas de cierto modo, sino la de establecer una
relación permanente con DIOS.
Acudamos a clamar a DIOS desde el primer
instante de nuestra tormenta. Practiquemos la presencia de DIOS.
Vivamos con la línea de comunicación
abierta. Que nunca haya un momento en que no estemos en contacto con DIOS.
Si no tenemos una relación con DIOS,
entablemos una sin demora. Si hemos cortado la
relación que teníamos, comencemos desde este momento a restablecerla.
Así, pase lo que pase, en medio del dolor
podremos clamar con la seguridad de que DIOS nos está escuchando.
Jesucristo desea ayudarnos en todas las
tragedias de la vida. Él puede reprender los vientos y calmar las
olas.
Lo único que tenemos
que hacer es expresarle
nuestro temor reverente y esperar con fe en la respuesta.
Cristo dijo: «Pidan, y se les dará; busquen, y
encontrarán; llamen, y se les abrirá. Porque todo el que pide, recibe; el que
busca, encuentra; y al que llama, se le abre» (Mateo 7:7-8).
ORACIÓN: Padre Celestial.
Sabemos que Tú escuchas las oraciones. En este día me acerco a Ti para que Tú
me ayudes a superar los problemas que tengo en mi hogar, en mi trabajo, en mi
barrio. Pongo en Tús manos la vida y salud de……… ((uno o varios) nombres del familiar, amigo ó conocido que necesite la ayuda
de DIOS), así como de sus seres queridos y de los medios físicos y humanos que se
están utilizando para su pronta recuperación. Que se haga Tu voluntad. Gracias
Señor por las muestras de Tú amor. En el
Nombre de Cristo, amén.
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