Nuestro Rey ha venido…
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
LA ENTRADA TRIUNFAL
MATEO 21:9 “Y las
multitudes que iban delante de El, y las que iban detrás, gritaban, diciendo: ¡HOSANNA
AL HIJO DE DAVID! ¡BENDITO EL QUE VIENE EN EL NOMBRE DEL SEÑOR! ¡HOSANNA
EN LAS ALTURAS!”
La
retrospección es siempre clara. Pero cuando estamos en alguna situación en
particular, tendemos a verla como lo que no es y a sacar conclusiones
equivocadas. Y nos reprochamos, pensando: ¡Si hubiera sabido antes lo que sé
ahora!
La
entrada triunfal de Jesús en Jerusalén debe haber sido uno de esos momentos
para sus discípulos. Les parecía que había sido un día maravilloso para éllos
—y lo fue—, pero por razones distintas a las que éllos creían. Pensaban que el
Mesías había venido a restablecer el poder de Israel en el mundo. Pero DIOS
pensaba otra cosa.
Los
discípulos no eran los únicos que tenían ideas equivocadas sobre el Mesías.
Muchos judíos de ese tiempo esperaban que fuera un rey terrenal. Cuando la
multitud oyó que Jesús venía a Jerusalén, gritó: "¡HOSANNA!", que significa
"¡SALVA
AHORA!" Lo vieron como su nuevo rey que había venido a traer
salvación de la opresión política y social. Había resucitado muertos, y sin
duda podría también restaurar el reino de David y hacerlos libres del dominio
romano.
Montado
sobre un asno, el Señor Jesús parecía un gobernante que regresaba a su ciudad
en tiempo de paz, mientras sus leales súbditos tendían sus capas y palmas en su
camino. Incluso los fariseos estaban viendo aquello, y decían indignados: "Mirad, el
mundo se va tras ÉL" (Juan 12.19).
Piensa
en esta semana en aquel tiempo cuando las circunstancias se veían de cierta
manera, pero se convirtieron totalmente en otra cosa. Recuerda también cuando
tú te diste cuenta de que DIOS era diferente a lo que imaginabas, y cuando
viste cómo revelaba Su voluntad de manera sorprendente.
La
entrada triunfal de Jesús en Jerusalén marcó un cambio en el tiempo. Fue la
finalización de Su ministerio terrenal y el comienzo de los eventos que lo
llevaron a la cruz. Su entrada eventualmente lo llevó a entregar Su vida para
que nosotros podamos entrar a Su reino celestial.
Nuestro
rey ha venido, y por medio de Su obediencia y Su sacrificio ha hecho posible
una entrada triunfal para cada uno de nosotros. Apreciemos este regalo que nos
ha hecho nuestro Padre, y con alegría cantemos: ¡BENDITO EL QUE VIENE EL NOMBRE DEL SEÑOR!
¡HOSANNA EN LAS ALTURAS!
ORACIÓN: Padre Celestial, ayúdanos a ver la
nueva vida que hemos recibido después de la entrada triunfal de Jesús en
Jerusalén, Quien fue a la cruz para darnos algo más importante de lo que
pudiéramos experimentar por nosotros mismos: la vida eterna Contigo en Tu
reino. En el bendito nombre de Jesús. Amén.
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