Seamos buenos administradores
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
EL FRASCO DE PEPINILLOS - Seamos buenos administradores
Fuente: www.AsAManThinketh.net
FILIPENSES 4: 12-13 “Se lo que es vivir en la pobreza, y también
lo que es vivir en la abundancia. He aprendido a hacer frente a cualquier
situación, lo mismo a estar satisfecho que a tener hambre, a tener de sobra que
a no tener nada. 13
A todo puedo hacerle frente, gracias a Cristo que me
fortalece.”
Pasaron
los años. Terminé la universidad y tomé un empleo en otra ciudad. Una vez,
mientras visitaba a mis padres, usé el teléfono de su recámara. Tristemente,
observé que el frasco de pepinillos no estaba. Había servido su propósito y
ahora había sido removido.
Sentí un
nudo en mi garganta al contemplar el lugar junto a la cómoda en el que frasco
siempre había estado. Mi papá es hombre de pocas palabras; nunca me sermoneaba
sobre los valores de la determinación, perseverancia y fe. El frasco de
pepinillos me había enseñado todas esas virtudes mucho más efectivamente que
las palabras más elocuentes pudieran haberlo hecho. Con cuánto cariño recuerdo
a aquel viejo frasco y su lugar en mi vida.
Cuando me
casé, le conté a mi esposa Susan el importante rol que aquel viejo frasco de
pepinillos había jugado en mi vida como muchacho. En mi mente, definía más que
cualquier otra cosa, cuánto me había amado mi papá.
La
primera Navidad después que naciera nuestra hija Jessica pasamos el feriado con
mis padres. Después de cenar, Mamá y Papá se sentaron el uno junto al otro en
el sofá, abrazando por turno a su primera nieta. Jessica comenzó a gimotear
suavemente y Susan la tomó de los brazos de Papá. "Probablemente
necesita ser cambiada", dijo mientras llevaba a la bebé a la
recámara de mis padres para cambiarle los pañales. Cuando Susan regresó a la
sala, había una bruma visible en sus ojos.
Le pasó
a Jessica de vuelta a Papá antes de tomar mi mano y guiarme hacia la recámara
trasera. "¡Mira!" dijo suavemente, sus ojos dirigiéndome junto a la
cómoda.
Para mi
sorpresa, allí, como si nunca hubiese sido removido, se hallaba el viejo frasco
de pepinillos, el fondo ya cubierto de monedas. Me encaminé hacia el frasco,
metí la mano en mi bolsillo y saqué un puñado de monedas. Con una mezcla de
emociones atorándome la garganta, dejé caer las monedas en el frasco. Levanté
la mirada para ver a Papá quien, cargando a Jessica, se había introducido
silenciosamente en la habitación. Nuestros ojos se toparon y me di cuenta de
que ambos sentíamos las mismas emociones. Ninguno de los dos podía hablar.
No
teníamos necesidad de éllo. El frasco de pepinillos estaba de vuelta en su
viejo lugar con renovado propósito. Podía ver el gozo en la mirada de Papá
mientras sostenía dulcemente en sus brazos a su nieta. El viejo frasco de
pepinillos era nuevo de nuevo.
Autor
Desconocido
Aunque
el "secreto" del frasco al que se hace referencia no resulte evidente
a primera vista, una re-lectura de la historia deberá dejarlo en evidencia: ¡el hábito del ahorro y la provisión para el futuro!
Vaya
que si este sería un magnífico legado a las nuevas generaciones... obsesionadas
como están en la gratificación instantánea y el sacarle el máximo goce a cada
momento.
La
verdad es que la vida es una carrera de maratón, con momentos sublimes y
momentos terribles. El apóstol nos comparte en el pasaje Bíblico que había
aprendido a contentarse tanto en la abundancia (que todos anhelamos) como en la
escasez (que todos detestamos). Wow... eso sí que es una verdadera relación con
un DIOS que nos acompaña en toda circunstancia.
ORACIÓN: Padre Celestial, ayúdame a enseñar a
nuestros hijos tanto físicos como espirituales a planear para el futuro, a
invertir en él, a saber esperar, a ser buenos administradores (1ª PEDRO 4:19
“Como buenos administradores de los diferentes
dones de DIOS, cada uno de ustedes sirva a los demás según lo que haya
recibido”)... tal vez todos
necesitamos un "frasco de pepinillos" en nuestra habitación para
recordárnoslo. Adelante y que el Señor nos
bendiga.
En el nombre de Cristo, amén.
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