Sea hecha Tu voluntad y no la mía.
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
LA BÚSQUEDA DE LA VOLUNTAD DE DIOS
Misiones en Contacto
que si pedimos alguna cosa conforme a su
voluntad, él nos oye.
Y
si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos,
sabemos que tenemos las
peticiones que le hayamos hecho.”
Los padres instruyen a sus hijos para
que hagan muchas tareas, desde saber escoger su vestimenta, hasta manejar el
dinero. Pero es posible que la habilidad más importante que podemos enseñarles,
sea seguir la dirección de DIOS.
Tenemos la bendición de que nuestro
omnisciente y poderoso Padre Celestial está dispuesto a darnos a conocer Su camino.
DIOS quiere idicarnos qué hacer en cada situación. De hecho, ÉL promete: “Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes
andar; sobre ti fijaré mis ojos” (Salmos 32:8).
Veamos cómo podemos discernir la
voluntad de DIOS en cada encrucijada de la vida:
El primer paso
es asegurarse de que nos hemos arrepentido de todo pecado. Tratar de
escuchar a DIOS mientras hay iniquidad en nuestro corazón es como usar una
brújula imprecisa e indescifrable. Después de confesar
y arrepentirnos, podemos pedir dirección.
Luego, debemos
leer la Biblia con regularidad y con un corazón deseoso y abierto. La
Biblia es como una lámpara en un camino oscuro (Salmos 119:105).
El último paso involucra al Espíritu Santo de DIOS que mora
en nosotros. El Espíritu imparte verdad y dirección cuando leemos la
Biblia y oramos. Debemos escuchar con paciencia Su dirección, que por lo
general nos llega de manera silenciosa a nuestro corazón cuando pasamos tiempo
con DIOS.
Cuando
le pidamos al Señor que nos indique Su voluntad, no debemos esperar respuestas
inmediatas.
La
disciplina de esperar forja el carácter y, además, apresurar el proceso puede
conducir a una senda que desaprovecha lo mejor de DIOS.
Tómate el tiempo para buscar el plan del
Señor Jesús para tu vida, recordando que ÉL te dará todo lo que necesites para
seguirle.
ORACIÓN: Padre Celestial, te suplico que me
ayudes para cumplir Tu voluntad y no la mía. Te lo pido en el nombre de Cristo,
amén.
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