domingo, 23 de julio de 2017

DE QUÉ DEPENDE NUESTRA FELICIDAD

Dejemos pues de pensar que nuestra felicidad depende de lo que seamos o no seamos
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Bendiciones,
Enio.
Meditación Diaria  
DE QUÉ DEPENDE NUESTRA FELICIDAD
LUCAS 11:28 “Felices sean más bien —contestó Jesús—
los que oyen la palabra de DIOS y la obedecen”.
A veces la felicidad se torna tan rara que pensamos que los finales felices son sólo cosa de los cuentos de hada. Siempre estamos esperando que vamos a poder vivir “felices para siempre” pero no hemos terminado de salir de una prueba cuando nos llega otra quizá un poco más difícil. Parte del problema es que asociamos las pruebas y dificultades con la infelicidad.
Nuestro concepto de una vida feliz es una vida libre de preocupaciones en completa paz y tranquilidad. Éste sí es un concepto sacado de los cuentos de hada. No hace falta estar libre de pruebas y tropiezos para ser feliz puesto que la felicidad del hijo de DIOS no depende de las circunstancias que lo rodean sino de la fortaleza de la relación que mantiene con DIOS.
Un ejemplo de éllo lo encontramos en el relato de la tormenta que se presentó cuando el Señor Jesús y sus discípulos cruzaban el lago de Genesaret en una barca. Mientras que los apóstoles estaban todos desesperados por la intensidad de las olas que amenazaban con voltear la embarcación, el Señor Jesús dormía plácidamente en la cubierta de la nave. 
Otro ejemplo nos lo da el apóstol Pablo cuando escribe: “Sé lo que es vivir en la pobreza, y lo que es vivir en la abundancia. He aprendido a vivir en todas y cada una de las circunstancias, tanto a quedar saciado como a pasar hambre, a tener de sobra como a sufrir escasez.”
Dejemos pues de pensar que nuestra felicidad depende de lo que seamos o no seamos o de lo que tengamos o no tengamos. Nuestra felicidad sólo depende de nuestra relación con DIOS y de cuánto le hayamos permitido al Señor Jesús controlar nuestra vida. ¡DIOS tiene preparado para nosotros un verdadero final feliz!
¡Sólo a DIOS sea la gloria!
OREMOS: Necesito y deseo intensamente que mi relación Contigo Señor, sea genuina, pues sé que en Tí puedo hallar la felicidad. Te ruego en este día me muestres cuáles son las raíces de mi infelicidad y revélame lo que esta torcido en mi corazón.
Te pido ahora que me ayudes a hacerme tiempo para estar contigo diariamente, leyendo Tu preciosa Palabra, ese regalo de amor que me has dado. Oro para que todo lo que vayas a decirme quede grabado en mi corazón y en mi mente, a medida que alcanzo una mayor comprensión de Quién eres Tú y de lo mucho que me amas. ¡Gracias Señor! En el nombre de Jesús, amén.


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