Palabras y hechos.
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
¿CÓMO
DEMUESTRAS TU AMOR?
**Leer 1ª Juan 3:11-18
JUAN 13:35 “De este modo todos sabrán
que son mis discípulos, si se aman los unos a los otros.”
Si
hiciéramos una encuesta entre un grupo de matrimonios, y le preguntáramos tanto
a élla como a él, cuáles son las palabras que más les gusta escuchar de su
cónyuge, con toda seguridad la gran mayoría respondería: “te amo”.
Claro
que estas palabras no significan nada si el amor no se demuestra con hechos,
como dice el pasaje de hoy. Como hijos de DIOS que somos, se espera que nos
amemos los unos a los otros, que amemos a los necesitados, a nuestros vecinos,
a nuestros compañeros de trabajo, y aún a nuestros enemigos.
Quizás
creemos que llenamos los requisitos que nuestro PADRE Celestial espera de
nosotros en esta área del amor por los demás, sin embargo, es muy importante
que meditemos en lo que nos dice la palabra de DIOS antes de sentirnos
satisfechos cuando decimos a alguien: “te amo”, o “te amo en Cristo”, o de
cualquier otra manera en la que, con palabras, expresemos nuestro amor por
alguien. Es necesario hacer algo más que simplemente decir que nos preocupan
las personas necesitadas, solitarias o deprimidas: debemos demostrarlo.
¿Cómo se
mostró el amor de DIOS para con nosotros? La prueba más grande del amor de DIOS
por nosotros fue que envió a su único HIJO al mundo para que diera Su vida en
la cruz del Calvario para librarnos de la condenación y que tuviésemos vida
eterna. No fueron sólo palabras sino también hechos.
En Juan
13:35, JESÚS les dice a sus discípulos: “De este modo todos sabrán que son mis discípulos,
si se aman los unos a los otros.” El
mundo conocerá que CRISTO mora en nuestros corazones cuando vean que nos amamos
unos a otros con hechos, no con palabras. Y para que no hubiese duda de lo que
significa amar al SEÑOR, más adelante JESÚS declara: “Quién es el que me
ama? El que hace suyos mis mandamientos y los obedece. Y al que me ama, mi
Padre lo amará, y yo también lo amaré y me manifestaré a él” (Juan 14:21).
No es
solamente conocer los mandamientos que el SEÑOR nos ha dado, ni repetirlos de
memoria, es hacer el esfuerzo por cumplirlos y obedecerlos aunque a veces se
requiera sacrificar nuestros propios deseos. Puede que no sintamos
necesariamente deseos de ser amorosos hacia alguien pero, cuando permitimos que
DIOS nos llene con Su amor que da vida podemos llevar amor a otros y llenar
esas vidas; el amor no es nuestro es de DIOS cuando presentamos nuestros seres
vacíos ante la fuente de amor y somos llenadas por ÉL.
Entonces
somos capaces de dar Su amor a las personas sedientas. Recuerda siempre:
nuestro corazón debe estar abierto siempre para quienes necesitan amor y ser
muy generosos, ya que el amor de CRISTO enriquece el alma y le da sentido a
nuestra existencia.
A
nuestro alrededor hay infinidad de oportunidades en las que podemos mostrar el
amor de DIOS a alguna persona necesitada, no solamente con palabras, sino con
hechos. Claro que a veces requiere un sacrificio, quizás dejando de ver algún
programa favorito en la televisión, o tomando tiempo de nuestro descanso, o
haciendo algo que no nos gusta o nos cuesta trabajo. Pero al hacerlo, vamos a sentir
un gozo inefable dentro de nosotros, pues estaremos agradando a nuestro PADRE Celestial,
y ÉL, de alguna manera, va a glorificar Su nombre en esa persona, y se
manifestará en nuestras vidas.
OREMOS: DIOS de amor y de
misericordia, te ruego pongas en mí una doble dosis de Tu amor, y el deseo de
compartirlo con los demás no solamente con palabras, sino también haciendo algo
por éllos que demuestre de manera evidente que ese amor viene de Tí. En el nombre y amor de CRISTO JESÚS, amén.
**Leer 1ª Juan 3:11-18
11 Éste es el
mensaje que han oído desde el principio: que nos amemos los unos a los otros.
12 No seamos
como Caín que, por ser del maligno, asesinó a su hermano. ¿Y por qué
lo hizo? Porque sus
propias obras eran malas, y las de su hermano justas. 13 Hermanos,
no se extrañen si el mundo los odia. 14 Nosotros sabemos que hemos
pasado de la muerte a la vida porque amamos a nuestros hermanos. El que no ama
permanece en la muerte. 15 Todo el que odia a su hermano es un
asesino, y ustedes saben que en ningún asesino permanece la vida eterna. 16
En esto conocemos lo que es el amor: en que Jesucristo entregó su vida
por nosotros. Así también nosotros debemos entregar la vida por nuestros
hermanos. 17 Si alguien que posee bienes materiales ve que su
hermano está pasando necesidad, y no tiene compasión de él, ¿cómo se puede
decir que el amor de Dios habita en él? 18 Queridos hijos, no amemos
de palabra ni de labios para afuera, sino con hechos y de verdad.
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