Restaura tu salud.
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meditación.
Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
¿NECESITAS UN
NUEVO CORAZÓN?
PROVERBIOS 4:23 “Sobre toda cosa
guardada, guarda tu corazón; porque de el mana la vida”
Hace muchos años existía un dicho popular
que aconsejaba a aquellos que se afanaban demasiado a tomar las cosas con poca calma,
pues podía afectarles el corazón, y lo peor era que no tenía cura. Decía más o
menos así: “No te agites que el corazón no se opera.”
Los años transcurrieron, y los adelantos
de la ciencia y la tecnología fueron cada vez más grandes, y la validez de
aquel dicho fue disminuyendo. Después de años de estudios e investigaciones,
por primera vez en 1967 un corazón humano fue transplantado en el cuerpo de
otro ser humano por un cirujano surafricano llamado Christian Barnard. En
aquella ocasión, el corazón de una mujer de 25 años que había muerto en un
accidente fue removido y colocado en el pecho de un hombre de 55 años cuyo
corazón estaba tan enfermo que estaba a punto de morir. Este hombre sobrevivió
solamente 18 días, pero su operación marcó el inicio de una nueva era en la
cirugía.
Más de 40 años después, miles de personas
que estuvieron a punto de morir están viviendo vidas completamente normales.
Uno de éllos, un hombre de Rhode Island, Estados Unidos, recibió un transplante
de corazón en 1996 después de muchos años sufriendo de una enfermedad que fue
degenerando su corazón al punto que llegó un momento en que apenas podía
respirar.
Tiempo después de la exitosa operación
este hombre declaró: “Me maravillo de cómo mi nuevo corazón ha transformado mi vida.
Habiendo estado enfermo por tanto tiempo, la enfermedad se convirtió en lo
normal para mí. Ya no sabía realmente lo que era sentirme bien. Y de repente
recibo este corazón nuevo y la sangre empieza a correr normalmente por mis
venas a través de todo mi cuerpo. Es como si hubiera resucitado.”.
El rey David cayó en el pecado de
adulterio con Betsabé, y más tarde concibió el plan para asesinar al esposo de
ésta. Cuando el profeta Natán lo confrontó de parte de DIOS, David tomó
conciencia del pecado cometido, y una gran congoja
invadió su corazón. Entonces, quebrantado y arrepentido, suplicó al Señor: “Crea en mí, oh DIOS, un
corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí. No me eches de
delante de ti, y no quites de mí tu santo Espíritu. Vuélveme el gozo de tu
salvación, y espíritu noble me sustente.” (Salmo 51:10-12).
Ante un acto de contrición y
arrepentimiento tan sincero, DIOS lo perdonó, y desde ese momento David vivió
de acuerdo al concepto de que él era un varón conforme al corazón de DIOS.
Al igual que DIOS hizo con David, puede
hacer contigo si deseas que ÉL cambie tu corazón y restaure tu salud
espiritual. Sólo tienes que arrepentirte de tus pecados y confesarlos delante
del SEÑOR. ÉL, en Su infinita misericordia, te contestará dándote un corazón
lleno de la paz y el gozo de su SANTO ESPÍRITU.
¡Qué alegría nos da saber que DIOS
comprende la condición terminal en que se encuentran nuestros corazones, y nos
da a Su Hijo para sanarnos! El corazón del hombre que es: el asiento de los afectos
y de las pasiones, el asiento de la sabiduría y del entendimiento, el centro del ser del hombre, necesita ser transformado,
necesita ser consolado, necesita ser resguardado. Por eso, hoy, DIOS nos dice a
todos: “Dame, hijo mío, tu corazón”.
OREMOS: Mi amante PADRE Celestial, me postro a Tus
pies con mi espíritu quebrantado y un corazón necesitado de restauración.
Examíname oh DIOS, escudriña mi corazón y ve si hay en mi camino de
perversidad. Hoy quiero ser confrontado solo por Tu amor y Tu visión profunda.
Si Tú me examinas me mostraras lo que hay en mí y podré ser sano de todas mis
perversidades. En el nombre de JESÚS, amén.
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