Las maravillas de Su
creación.
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
AMANECER Y OCASO
Renuevo de Plenitud
GÉNESIS 1:3-5 “Dijo Dios: “Sea la luz.” 4 Vio Dios que la lua
era buena, y separó la luz de las tinieblas. 5 Llamó a la luz “día”, y a
las tinieblas llamó “noche”, Y fue la tarde y la mañana del primer día.”
Algunas de las lecciones más profundas de la vida
pueden recibirse en los lugares menos esperados si tan sólo nos tomamos el
tiempo para mirar a nuestro alrededor y ver con nuestros corazones tanto como
con nuestros ojos.
Un día, mientras viajábamos desde el trabajo
entre San Antonio y Bandera, Texas, presencié uno de los más espectaculares
amaneceres de mi vida. Una de las ventajas de mi viaje diario era la rara
oportunidad de ver al sol tanto salir como ponerse y en el esplendor de las
colinas de Texas.
En esta particular mañana, me tomé el tiempo para
detenerme en la cima de una colina y observar el cambio de colores mientras el
gran cuerpo celeste se asomaba por sobre el horizonte y florecía en toda su
gloria, imposibilitándome el mirar directamente sus enceguecedores rayos. El
recuerdo de aquel amanecer me acompañó todo el día.
Al dirigirme a casa esa tarde, anticipaba
particularmente la puesta del sol. ¡No fui decepcionado! No solo observé aquel
ocaso, lo experimenté. Tuve una vista panorámica mediante mis espejos
retrovisor y laterales, además de mi vista en dirección al noroeste. ¡Qué vista
tan hermosamente impresionante! Una vez más detuve el auto para sacarle ventaja
a la espectacular puesta del sol.
Estando sentado observando los siempre cambiante
colores, me di cuenta de que lágrimas de puro gozo corrían por mis mejillas.
Sin embargo, lo mejor estaba todavía por venir en la forma de la luminiscencia.
Mientras que los brillantes y vibrantes colores del ocaso comenzaban a
desvanecerse en los más hermosos pasteles, mezclándose y combinándose en cada
color imaginable, me di cuenta de que DIOS me había concedido uno de los más
grandes regalos de toda mi vida: una vista de la vida de comienzo a fin y más
allá.
Para mí, la verdadera belleza de la vida reside
en el hecho de que no somos derramados en un molde específico con un patrón de
vida predeterminado e inalterable. Fuimos creados como individuos únicos con
libre albedrío para tomar decisiones que moldeen nuestras vidas. Entonces,
esperamos, hallamos el valor de vivir con las consecuencias de esas decisiones.
He aprendido que al enfrentar los desafíos
desarrollo músculos morales, espirituales y mentales que me preparan para la
siguiente tormenta. No puedo pensar en nada menos provechoso que una vida
vivida sin el beneficio de pruebas y dificultades que nos preparen para las
crisis que han de venir.
Cuando el ocaso de mi vida llegue y vea el rostro
de mi SEÑOR, contemplaré, por vez primera, aquel amanecer en gloria. Al mismo
tiempo, los seres queridos que dejo atrás estarán viendo mi luminiscencia. Es
mi deseo que cuando me llegue este momento, ¡sea un tiempo de celebración de mi
vida que nunca acabará! Ninguna canción triste ¡sólo canciones de Victoria!
OREMOS:
Gracias PADRE Celestial, por las maravillas de Tu creación. Gracias por la vida
que me das y por las bendiciones que diariamente Tu derramas sobre todos
nosotros. Gracias SEÑOR por las pruebas y muestras de Tu amor. En el nombre de CRISTO,
amén.
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