JUE 4 ABR
No paguéis a nadie mal por mal.
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
MÍA NO ES LA VENGANZA
Nuestro Pan Diario
ROMANOS
12:17-20 “No paguéis a nadie mal por mal; procurad lo bueno delante de todos
los hombres. 18 Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad
en paz con todos los hombres. 19 No os venguéis vosotros mismos,
amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios, porque escrito está: “Mía es la
venganza, dice el Señor.“ 20 Así que si tu enemigo tiene
hambre, dale de comer; si tiene sed, dale de beber, pues haciendo esto, harás
que le arda la cara de vergüenza.”
Cuando vivíamos
en el sur de California, mi hijo adolescente estaba montando su bicicleta
cuando fue obligado a salirse del camino por un automóvil lleno de lo que él
imaginó eran miembros de una pandilla. Afortunadamente no sufrió daño alguno.
Pero cuando llegó a casa y me contó de su encuentro cercano con la violencia,
me enfurecí de inmediato. A pesar del esfuerzo de mi esposa por apaciguarme,
tomé un bate de béisbol, le dije a Greg que sentara en el asiento del pasajero
de nuestro auto (para que pudiera identificar el vehículo de los matones), y yo
de un brinco me metí en el asiento del conductor y salí a toda velocidad para
llevar a cabo mi venganza personalmente. Un hombre de 50 años con un bate salía para
darle un porrazo a cuatro «miembros de una pandilla» armados con sabe DIOS qué.
¡Qué insensatez! Gracias a DIOS, ÉL evitó que encontráramos a los infractores.
Los recuerdos de este incidente me ayudan a identificarme con la ira de David
registrada en 1ª Samuel 25.
Es sumamente
fácil para nosotros molestarnos ante la injusticia, o incluso ante lo que
percibimos como injusticia. Pero DIOS no quiere que tomemos el asunto de la
retribución en nuestras manos. Pablo lo confirmó: Queridos hermanos, no busquen la venganza, sino dejen que DIOS se
encargue de castigar a los malvados. Pues en la Biblia DIOS dice: «A mí me toca vengarme. Yo le daré a cada
cual su merecido.» Y también dice: «Si tu
enemigo tiene hambre, dale de comer; si tiene sed, dale de beber. Así harás que
le arda la cara de vergüenza.»
(Romanos 12:20)
Aquí es donde nuestra fe se encuentra con una prueba
de gran envergadura. ¿Estamos dispuestos y somos lo suficientemente pacientes
como para permitir que la justicia pura de DIOS tenga prioridad sobre nuestro
propio juicio apresurado y cargado de emociones? De hecho, ¿estamos dispuestos,
no sólo a evitar tomar venganza, sino también a buscar maneras de ser amables
con los que nos hacen daño? Ésa es una orden elevada. Pero es una orden de
DIOS. Cuando David finalmente permitió que el buen sentido controlara sus
pensamientos hizo lo correcto. Y DIOS se hizo cargo de la injusticia a Su
tiempo y manera. Tenemos que creer que ÉL también lo hará por nosotros.
OREMOS:
Señor mi DIOS. Qué difícil me es calmar mi ira e indignación ante una
injusticia que sufro en carne propia, o lo sufre un ser de mis seres queridos.
Pero Tú me pides que deje todo en Tus manos, que Tú vas a hacer justicia de
acuerdo a Tú voluntad . Ayúdame SEÑOR para que así sea. Te lo pido en nombre de
nuestro Señor JESUCRISTO, amén.
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