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Bendiciones,
Enio
¡QUÉ EQUIVOCACIÓN LA NUESTRA!
** Leer Mateo 20:1-15
Helen amaba su vida como persona soltera hasta que llegaban los días de Acción de Gracias y Navidad. Cuando comparaba su situación con las de otras personas a su alrededor, se sentía defraudada. Igualmente le sucedía que, cuando leía acerca de los trabajadores en la viña(**), pensaba que eso no era justo, hasta que un día leyó la historia con una perspectiva diferente. Luego su actitud cambio. Entendió que esta parábola, como la vida, no trata de lo que es justo o injusto; es acerca de la voluntad de DIOS y nuestra voluntad. Los que trabajaron en la viña todo el día estuvieron de acuerdo con el salario ofrecido; al hacer comparaciones, fue que se enojaron.
DIOS nos hizo únicos. Cuando notamos nuestras diferencias y nos quejamos de que no nos parecemos a éste/ésta o aquel/aquella, o no tenemos lo que otros tienen, podemos obstruir la obra de DIOS. Descubramos que somos más felices cuando nos concentramos en ser quiénes somos y hacer lo que DIOS desea que hagamos, en lugar de compararnos con esa imagen que deseamos proyectar, de acuerdo a nuestros criterios. Como el SEÑOR le dijo a Isaías: “¡Qué equivocación la vuestra! ¿Es acaso el alfarero como el barro, para que lo que está hecho diga a Su hacedor: ÉL no me hizo; o lo que está formado diga al que lo formó: El no tiene entendimiento?”
Siendo el DIOS Todopoderoso nuestro Alfarero, dejemos que ÉL nos ayude a encontrar el valor para seguirle a donde Nos dirija. Cuando deliberadamente apartamos tiempo para DIOS y Su Palabra, sólo así ÉL puede hacer Su obra de transformación en nuestras vidas.
Si sigo al SEÑOR, la senda que camine será única y la apropiada para mi.
OREMOS: PADRE Celestial, ayúdame a apartar un tiempo todos los días para leer Tu Palabra y orar. Que Tu ESPÍRITU SANTO me ayude a entenderla y comprenderla, de tal modo que te pueda amar cada vez más y hacer Tu voluntad. En el nombre de CRISTO, amén.
** Leer Mateo 20:1-15
PARÁBOLA DE LOS TRABAJADORES DEL VIÑEDO:
»El reino de los cielos es semejante a un hombre, padre de familia, que salió por la mañana a contratar obreros para su viña. 2 Y habiendo convenido con los obreros en un denario al día, los envió a su viña. 3 Saliendo cerca de la hora tercera del día, vio a otros que estaban en la plaza desocupados 4 y les dijo: “Id también vosotros a mi viña, y os daré lo que sea justo.” Y ellos fueron. 5 Salió otra vez cerca de las horas sexta y novena, e hizo lo mismo. 6 Y saliendo cerca de la hora undécima, halló a otros que estaban desocupados y les dijo: “¿Por qué estáis aquí todo el día desocupados?” 7 Le dijeron: “Porque nadie nos ha contratado.” Él les dijo: “Id también vosotros a la viña, y recibiréis lo que sea justo.”
8 »Cuando llegó la noche, el señor de la viña dijo a su mayordomo: “Llama a los obreros y págales el jornal, comenzando desde los últimos hasta los primeros.” 9 Llegaron los que habían ido cerca de la hora undécima y recibieron cada uno un denario. 10 Al llegar también los primeros, pensaron que habían de recibir más, pero también ellos recibieron cada uno un denario. 11 Y al recibirlo, murmuraban contra el padre de familia, 12 diciendo: “Estos últimos han trabajado una sola hora y los has tratado igual que a nosotros, que hemos soportado la carga y el calor del día.” 13 Él, respondiendo, dijo a uno de ellos: “Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No conviniste conmigo en un denario? 14 Toma lo que es tuyo y vete; pero quiero dar a este último lo mismo que a ti. 15 ¿No me está permitido hacer lo que quiero con lo mío? ¿O tienes tú envidia, porque yo soy bueno?”
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