MARCOS 7:15 “Nada de lo que viene de afuera puede contaminar a una persona. Más bien, lo que sale de la persona es lo que la contamina.”
Recordamos que la copa del Mundo de 1986 fue de Diego Maradona. Allí se cimentó su categoría de leyenda, en especial, debido a su actuación en los cuartos de final contra Inglaterra. El segundo gol de Maradona, que le dio a su equipo la victoria de 2 a 1, fue desde entonces escogido como el mejor de la historia de los mundiales de fútbol. Se adueñó de la pelota en el medio campo y con sólo once toques, eludió a cinco jugadores ingleses, antes de rodear con la pelota a Peter Shilton y colocarla en un claro del arco inglés. En esos doce segundos, demostró que era uno de los mejores futbolistas de todos los tiempos.
Pero ese partido también se recuerda mucho por el tristemente célebre gol de la “MANO DE DIOS”, también de Maradona. Fue una jugada hecha deliberadamente con la mano, pero admitida por el árbitro. El jugador adujo ayuda divina cuando no hubo nada de éso. Su mayor logro estuvo acompañado por un acto de deshonestidad.
Éso refleja una verdad que la Biblia declara sobre la naturaleza humana. JESÚS dijo que “no es lo que entra en el hombre lo que lo contamina, sino lo que sale de él” (Mateo 15:11). Aún en nuestra plenitud, podemos ser egoístas y pecar.
Como el problema está en nuestro interior, no podemos solucionarlo sólos; no está bien hacer las cosas a nuestro modo y quebrantar las leyes de DIOS. Necesitamos verdadera ayuda divina. Nuestro carácter se revela en lo que hacemos cuando pensamos que nadie lo sabrá.
OREMOS: PADRE Celestial, te pido perdón porque hago lo que quiero y no lo que Tú quieres. Con mis actitudes voy en contra de Tí. Ayúdame a conocerte y comprenderte para así cumplir Tu voluntad y agradarte con todos mis actos. Por CRISTO JESÚS oramos, amén.
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