LUN 26
Cuando no podemos escuchar a DIOS.
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
CUANDO DIOS CALLA
Ministerios En Contacto
**Leer Juan 11:1-27
¿Alguna vez has sentido como si DIOS te hubiera aplicado la ley del hielo? Quizás oraste y le pediste que diera dirección a tu vida, pero tú no escuchaste nada. Tal vez ahora estés pasando por alguna enfermedad física o un problema familiar, y nada esté sucediendo, a pesar de que has rogado a DIOS.
¿Cómo reaccionas cuando el SEÑOR no parece estar respondiendo tus oraciones? ¿Aprovechas la oportunidad para aprender algo de la experiencia, o simplemente concluyes que ÉL te está ignorando?
Las respuestas típicas son:
LA DESILUSIÓN (DIOS me falló), el desánimo (debo dejar de orar), LA INCERTIDUMBRE (¿dónde está DIOS?), LOS SENTIMIENTOS DE CULPA (hice algo malo), LA IRA (¡DIOS no es fiel!) y EL MIEDO (DIOS me ha abandonado).
El pasaje de hoy nos da un buen ejemplo de una vez en la que al Señor JESÚS pareció no preocuparle la vida de alguien a quien ÉL amaba. Al escuchar que Su amigo Lázaro estaba enfermo y a punto de morir, ¡ JESÚS no hizo nada durante dos días! Sus discípulos y las hermanas del moribundo —María y Marta— sin duda se preguntaban por qué a JESÚS parecía no importarle. Sin embargo, siguieron confiando en ÉL, y, finalmente su fe les fue fortalecida.
Cuando no podemos escuchar a DIOS, no significa que ÉL esté dormido o ajeno a nuestras circunstancias. Tampoco significa que vaya a negar nuestra petición. DIOS quiere que tengamos una relación personal y cercana con ÉL, independientemente de cómo responda a nuestras oraciones; debemos amarle simplemente porque ÉL es DIOS.
Piensa en la razón por la que tú amas al SEÑOR, y pídele que te ayude a sentir amor incondicional por ÉL.
OREMOS: Yo te amo SEÑOR. Ayúdame a no perder ese amor y la fe en Tí cuando crea que Tú no escuchas mis oraciones. Ayúdame SEÑOR. Te lo pido en el nombre de CRISTO, amén.
**Leer Juan 11:1-27
MUERTE DE LÁZARO
11 Había un hombre enfermo que se llamaba Lázaro, natural de Betania, el pueblo de María y de su hermana Marta. 2 Esta María, que era hermana de Lázaro, fue la que derramó perfume sobre los pies del Señor y los secó con sus cabellos. 3 Así pues, las dos hermanas mandaron a decir a Jesús: —Señor, tu amigo querido está enfermo. 4 Jesús, al oírlo, dijo: —Esta enfermedad no va a terminar en muerte, sino que ha de servir para mostrar la gloria de Dios, y también la gloria del Hijo de Dios. 5 Aunque Jesús quería mucho a Marta, a su hermana y a Lázaro, 6 cuando le dijeron que Lázaro estaba enfermo se quedó dos días más en el lugar donde se encontraba. 7 Después dijo a sus discípulos: ——Vamos otra vez a Judea. 8 Los discípulos le dijeron: —Maestro, hace poco los judíos de esa región trataron de matarte a pedradas, ¿y otra vez quieres ir allá? 9 Jesús les dijo: —¿No es cierto que el día tiene doce horas? Pues si uno anda de día, no tropieza, porque ve la luz que hay en este mundo 10 pero si uno anda de noche, tropieza, porque le falta la luz. 11 Después añadió: —Nuestro amigo Lázaro se ha dormido, pero voy a despertarlo. 12 Los discípulos le dijeron: —Señor, si se ha dormido, es señal de que va a sanar. 13 Pero lo que Jesús les decía es que Lázaro había muerto, mientras que los discípulos pensaban que se había referido al sueño natural. 14 Entonces Jesús les dijo claramente: —Lázaro ha muerto. 15 Y me alegro de no haber estado allí, porque así es mejor para ustedes, para que crean. Pero vamos a verlo. 16 Entonces Tomás, al que llamaban el Gemelo, dijo a los otros discípulos: —Vamos también nosotros, para morir con él.
JESÚS, LA RESURRECCIÓN Y LA VIDA
17 Al llegar, Jesús se encontró con que ya hacía cuatro días que Lázaro había sido sepultado. 18 Betania se hallaba cerca de Jerusalén, a unos tres kilómetros; 19 y muchos de los judíos habían ido a visitar a Marta y a María, para consolarlas por la muerte de su hermano. 20 Cuando Marta supo que Jesús estaba llegando, salió a recibirlo; pero María se quedó en la casa. 21 Marta le dijo a Jesús: —Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto. 22 Pero yo sé que aún ahora Dios te dará todo lo que le pidas. 23 Jesús le contestó: —Tu hermano volverá a vivir. 24 Marta le dijo: —Sí, ya sé que volverá a vivir cuando los muertos resuciten, en el día último. 25 Jesús le dijo entonces: —Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque muera, vivirá; 26 y todo el que todavía está vivo y cree en mí, no morirá jamás. ¿Crees ésto? 27 Ella le dijo: —Sí, Señor, yo creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo. Dios Habla Hoy (DHH)
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