**Leer Lucas 5:1-11
LUCAS 5:5 “… Simón, le dijo: […] en tu palabra echaré la red.”
Refuge Rabindranath ha trabajado con jóvenes en Sri Lanka por más de diez años. A menudo, interactúa con éllos por la noche: juega con éllos, los escucha y aconseja, y les enseña. Le encanta trabajar con jóvenes, pero éso puede volverse descorazonador cuando estudiantes prometedores se alejan de la fe. A veces, se siente un poco como Simón Pedro en Lucas 5.
Simón, después de trabajar duro toda la noche y no pescar nada (v. 5), estaba desanimado y cansado. Sin embargo, cuando JESÚS le dijo: «Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar» (v. 4), Simón respondió: «en tu palabra echaré la red» (v. 5).
La obediencia de Simón es extraordinaria. Como pescador experimentado, sabía que los peces iban hacia el fondo del lago cuando había sol, y que las redes que usaban no llegarían tan abajo. Su disposición a confiar en el SEÑOR fue recompensada. No solo atrapó muchos peces, sino que también pudo entender mejor Quién es JESÚS: de llamarlo «Maestro» (v. 5), pasó a llamarlo «SEÑOR» (v. 8).
Quizá DIOS te está llamando a volver a echar tus redes. Que puedas, como Simón, responderle: “Porque Tú lo dices, lo haré”.
OREMOS: PADRE, ¡qué privilegio llamarte «SEÑOR»! Ayúdame a obedecerte y confiar en Tí hoy, y a aprender mejor qué significa andar cerca de Tí. En el nombre de CRISTO, amén.
**Leer Lucas 5:1-11 (RVR1995)
LA PESCA MILAGROSA
5 Aconteció que estando JESÚS junto al Lago de Genesaret, el gentío se agolpaba sobre él para oír la palabra de Dios. 2 Vio dos barcas que estaban cerca de la orilla del lago; los pescadores habían descendido de ellas y lavaban sus redes 3 Entró en una de aquellas barcas, la cual era de Simón y le rogó que la apartara de tierra un poco. Luego, sentándose, enseñaba desde la barca a la multitud. 4 Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: —Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar. 5 Respondiendo Simón, le dijo: —Maestro, toda la noche hemos estado trabajando y nada hemos pescado; pero en tu palabra echaré la red. 6 Cuando lo hicieron, recogieron tal cantidad de peces que su red se rompía. 7 Entonces hicieron señas a los compañeros que estaban en la otra barca para que acudieran a ayudarlos. Ellos vinieron y llenaron ambas barcas, de tal manera que se hundían. 8 Viendo esto Simón Pedro, cayó de rodillas ante JESÚS, diciendo: —Apártate de mí, SEÑOR, porque soy hombre pecador. 9 Por la pesca que habían hecho, el temor se había apoderado de él y de todos los que estaban con él, 10 y asimismo de Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Pero JESÚS dijo a Simón: —No temas; desde ahora serás pescador de hombres. 11 Trajeron a tierra las barcas y, dejándolo todo, lo siguieron.
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