A solas con el Señor…
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
LOS MOMENTOS QUE NOS SOSTIENEN
SALMOS 145:1-5 “Te exaltaré, mi
Dios, mi Rey, y
vendeciré tu nombre eternamente y para siempre.
Cada día te bendeciré y alabaré tu nombre
eternamente y para siempre. Grande es
Jehová y digno de suprema alabanza;
su grandeza es insondable.
Generación a generación celebrará tus obras y
anunciará tus poderosos hechos. En la hermosura de la gloria de tu
magnificencia y en tus hechos maravillosos meditaré.“
¿La
paz es algo natural para tí, o sientes que estás en una lucha constante? A
veces, parece que hay muchas cosas trabajando activamente en contra de nuestra
paz, de tal manera que nuestro espíritu nunca puede tener un momento de
descanso. ¿Cómo podemos
calmarnos para escuchar la voz de DIOS?
La clave se encuentra en una palabra
que puede hacerle sentir incómodo: la meditación. Tal vez tú estés
pensando: Todo eso de la meditación es lo que
otras religiones llaman “encontrarse a uno mismo”. Yo no voy a perder mi tiempo
con eso.
¡Qué error tan terrible! La meditación no tiene nada que ver con escucharse a uno mismo; por el
contrario, se trata de calmar la mente para escuchar los suaves susurros del
Señor.
Piensa
en tu vida de oración. ¿Cuál voz es más importante, la tuya o la de DIOS? La
mayoría de las personas dedican la mayor parte del tiempo a hablar a DIOS,
dándole gracias por lo que ÉL ha hecho y pidiendo Su ayuda. Realmente, no hay
nada de malo con ésto, pero si tú nunca le das tiempo a DIOS para conocer Su
respuesta, ¿cómo sabrás lo que ÉL quiere comunicarte?
El tiempo que pasamos escuchando a DIOS
es una buena indicación
de cuánto respetamos y disfrutamos de la relación con ÉL.
Si
dominamos la conversación, entonces podemos estar mostrando a DIOS con nuestras
acciones que sus opiniones no son tan importantes como las nuestras; nunca le
diríamos ésto abiertamente, pero nuestras acciones pueden estar proclamando
precisamente ese mensaje.
¿Estás
escuchando a DIOS? Toma la decisión de escuchar en silencio lo que ÉL quiere
decirte. Conversa a través de la oración con DIOS, lee Su Palabra, medítala y
escudríñala, guarda en tu corazón Su respuesta y la enseñanza que ÉL te está
dando, ponla en práctica compartiéndola.
ORACIÓN: Padre
Celestial. Gracias Señor porque Tú escuchas nuestras oraciones. Ayúdame Señor a
saber lo que Tú quieres decirme. Ayúdame a tener un tiempo de meditación para que
en silencio pueda escucharte y disfrutar de Tu presencia. En el nombre de
Cristo Jesús, amén.
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