viernes, 11 de marzo de 2022

HACIENDO PLANES

Planificando.
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria

HACIENDO PLANES 

SANTIAGO 4:13-17  

NO SEAN ORGULLOSOS

Escúchenme, ustedes, los que dicen: «Hoy o mañana iremos a la ciudad; allí nos quedaremos todo un año, y haremos buenos negocios y ganaremos mucho dinero.» 14 ¿Cómo pueden hablar así, cuando ni siquiera saben lo que les va a suceder mañana? Su vida es como la niebla: aparece por un poco de tiempo, y luego desaparece. 15 Más bien, deberían decir: «Si Dios quiere, viviremos y haremos esto o aquello.» 16 Sin embargo, a ustedes les gusta hablar con orgullo, como si fueran dueños del futuro, y eso es muy malo. 17 Si ustedes saben hacer lo bueno y no lo hacen, ya están pecando.” 

El filósofo romano Séneca dijo: -“Cuan insensato es el hombre que hace planes para su vida cuando ni aún el día siguiente está bajo su control”-.

Esto es una gran realidad, pero lamentablemente todos actuamos como insensatos cuando se trata de hacer planes para el futuro, pues ni siquiera podemos estar seguros de que mañana estaremos vivos.

La Biblia nos dice que nuestra vida es “neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece.”

Claro está que no es malo ser precavidos, y tratar de estar preparados para el porvenir, pero nuestros planes deben depender siempre de DIOS, porque el futuro está en sus manos.

Y todo aquel que hace planes para el futuro sin contar con DIOS, no hace más que jactarse, dice el pasaje de hoy. La jactancia es sinónimo de arrogancia, de orgullo, de autosuficiencia. La persona que tiene estas características, no puede contar con el favor de DIOS.

Para entender lo que el apóstol Santiago quiere decirnos en la lectura bíblica de hoy, tenemos que remontarnos a lo que estaba sucediendo cuando él escribió este pasaje.

En aquella época se estaban fundando muchas nuevas ciudades, y a menudo, cuando los fundadores buscaban pobladores para las mismas, ofrecían libremente la ciudadanía a los judíos, pues éstos tenían fama de ser muy buenos comerciantes, y donde éllos llegaban también llegaban los negocios y el dinero. Así es que muchos, deseosos de hacerse ricos, planeaban trasladarse a una de estas nuevas ciudades, y quizás trabajar allí un tiempo, hacer una fortuna y regresar con mucho dinero.

Todo ésto parece muy bien, pero Santiago expone en este pasaje una enorme realidad que, tanto en aquellos tiempos como en la actualidad, el ser humano ignora. Lo cierto es que no existe una persona que sepa lo que el día de hoy puede depararle, mucho menos el día de mañana. Entonces, ¿cómo podemos estar seguros de que nuestros planes para el futuro se van a llevar a cabo?

No debemos tampoco vivir aterrorizados y llenos de temor a causa de la incertidumbre del porvenir. Más bien lo que tenemos que hacer es consagrar a DIOS el futuro y poner todos nuestros planes y proyectos en sus manos.

La Palabra de DIOS nos instruye a que debemos decir siempre: “Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello.” También debemos recordar que nuestros planes pueden no estar dentro de los propósitos de DIOS para nuestras vidas. En otras palabras, debemos tener siempre en cuenta la voluntad de DIOS, la cual es “agradable y perfecta”, dice Romanos 12:2.

El apóstol Pablo llegó a entender profundamente este concepto, y en todos sus planes dependía siempre del Señor. Ésta debe ser siempre nuestra actitud.

Hemos sido advertidos, la verdad ha sido puesta delante de nuestros ojos. Persistir en el hábito de confiar en uno mismo, en lugar de poner nuestra confianza en DIOS que es el dueño de los tiempos, no nos va a traer buenos resultados.

OREMOS: Amantísimo PADRE Celestial, te doy gracias por esta enseñanza que nos anima a confiar a Tí nuestras vidas, nuestros planes, nuestros deseos porque Tú conoces perfectamente el futuro y sabes exactamente lo que me conviene. Ayúdame, DIOS mío, a tener siempre presente Tu voluntad y a buscarla de todo corazón antes de hacer mis planes. En el nombre de JESÚS, amén.

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