DIOS está preparando…
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
ALGUIEN TE HA DECEPCIONADO
**Leer Juan 11:3-6; 17-21
HABACUC 3:17-18 “Aunque
la higuera no dé renuevos, ni haya frutos en las vides; aunque falle la cosecha
del olivo, y los campos no produzcan alimentos; aunque en el aprisco no haya
ovejas, ni ganado alguno en los establos; aún así, yo me regocijaré en el
Señor, ¡me alegraré en DIOS, mi libertador!”
Cuando
una persona sufre decepciones en la vida, es fácil que se culpe a sí misma o a
los demás. La decepción es una respuesta emocional a nuestra incapacidad, o a
la inhabilidad de los demás de hacer realidad un deseo, una esperanza, un sueño
o una meta. Es un sentimiento de frustración que se produce al desilusionarnos
de algo que no satisface nuestras expectativas. Esto puede llevarnos a perder
la fe en alguien que confiábamos, tal vez incluso en una persona que amamos.
El
primero de los dos pasajes de hoy (ver **Leer
Juan 11:3-6) dice que JESÚS amaba a Marta, a su hermana María, y a su
hermano Lázaro. Por eso, éllas no sintieron la necesidad de decirle al SEÑOR más
que "el que amas está enfermo".
Su
expectativa era que tan pronto JESÚS escuchara su mensaje, vendría y sanaría a
su hermano. Pero el SEÑOR no se movió del lugar donde estaba hasta dos días más
tarde, y, según nos cuenta el segundo pasaje (ver **Leer Juan 11:17-21), cuando llegó a la aldea de Betania, ya
Lázaro había muerto desde hacía cuatro días. Cuando Marta se encontró con JESÚS
frente a frente, estaba decepcionada por la "tardanza" del SEÑOR.
Ciertamente
lo esperaba mucho antes, pero ÉL no vino de inmediato, y dejó que Lázaro
muriera. “Y Marta dijo a Jesús: Señor, si hubieses estado aquí, mi hermano no
habría muerto”.
Casi
podemos sentir en estas palabras el tono de reproche saliendo del frustrado
corazón de Marta. Élla no podía entender el por qué JESÚS no había venido
inmediatamente a sanar a su hermano. ¡Qué decepción! ¡Lázaro podría estar vivo
y sano!
Cuando
nos hemos ilusionado con la posible evolución satisfactoria de una cierta
situación, y al final el resultado es totalmente distinto a lo que esperábamos,
es muy difícil no sentirse decepcionados. Todo el mundo no reacciona de la
misma manera, pero en sentido general puede decirse que lo común es caer en un
estado de frustración, en el que se mezclan sentimientos de amargura,
desaliento, desencanto, coraje. Marta y María hicieron lo correcto: acudieron
al Único que podía sanar a su hermano, pero cuando el resultado fue diferente a
lo que éllas esperaban se decepcionaron.
JESÚS
entonces le dijo a Marta: “¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de DIOS?”.
Y seguidamente, Lázaro resucitó y salió caminando de la tumba. ¡Y la gloria de DIOS
se manifestó sobre éllos!
DIOS
tiene un propósito al permitir decepciones en nuestras vidas. ÉL puede
impedirlas, pero quiere llevar a cabo Su propósito. Quiere que confiemos y
creamos aunque las circunstancias sean negativas.
Si
tú has estado orando por una situación específica, y no has obtenido respuesta,
o las cosas no han marchado como esperabas, sigue confiando y esperando en DIOS
pues ÉL te está preparando para algo mucho mejor y más grande de lo que tú eres
capaz de imaginarte.
OREMOS: PADRE
Bendito, te ruego que aumentes mi fe para esperar en Tí, aunque Tu respuesta
tarde más de lo que yo quisiera y las circunstancias se tornen aún más
negativas. En el nombre de JESÚS, amén.
**Leer Juan 11:3-6; 17-21
Juan 11:3-6
"Enviaron, pues, las hermanas para decir a Jesús:
Señor, he aquí el que amas está enfermo. Oyéndolo Jesús, dijo: Esta enfermedad
no es para muerte, sino para la gloria de DIOS, para que el Hijo de DIOS sea
glorificado por ella. Y amaba Jesús a Marta, a su hermana y a Lázaro. Cuando
oyó, pues, que estaba enfermo, se quedó dos días más en el lugar donde
estaba."
Juan 11:17-21
"Vino, pues, Jesús, y halló que hacía ya cuatro días
que Lázaro estaba en el sepulcro. Betania estaba cerca de Jerusalén, como a
quince estaDIOS; y muchos de los judíos habían venido a Marta y a María, para
consolarlas por su hermano. Entonces Marta, cuando oyó que Jesús venía, salió a
encontrarle; pero María se quedó en casa. Y Marta dijo a Jesús: Señor, si
hubieses estado aquí, mi hermano no habría muerto."
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