EL PODER DE LA PALABRA
Nuestro Pan Diario
2ª TIMOTEO 3:16-17 “Pero tú, permanece firme en lo que has aprendido y de lo cual estás convencido, pues sabes de quiénes lo aprendiste. Desde tu niñez conoces las Sagradas Escrituras, que pueden darte la sabiduría necesaria para la salvación mediante la fe en Cristo Jesús.
Toda la Escritura es inspirada por DIOS y útil para enseñar, para reprender, para corregir y para instruir en la justicia, a fin de que el siervo de DIOS esté enteramente capacitado para toda buena obra”.
Nunca hubo un árbitro como Pierluigi Collina. En el campo de juego, tenía una presencia que muchos futbolistas añoran y una autoridad que lo acompañaba. Ganó el premio al mejor árbitro del mundo durante seis años consecutivos.
En 2002, se le hizo el último homenaje cuando arbitró la final de la Copa del Mundo entre Brasil y Alemania. Todos sabían que tendrían un partido limpio cuando Collina llegaba al campo a dirigir el encuentro. Sus palabras y sus decisiones eran dignas de sumo respecto.
Hace 2,000 años, un hombre llamado Pablo le escribió a Timoteo sobre la autoridad de las palabras, pero las que el apóstol tenía en mente pertenecían a un ámbito totalmente diferente al de Collina. Pablo hablaba de las palabras de DIOS; estas palabras no son simplemente órdenes para todos los aspectos de la vida, sino que nos instruyen en lo que debemos y no debemos saber y hacer.
Después de todo, si DIOS creó el universo, seguramente ÉL sabe cuál es la mejor manera de vivir en el mundo. Y, sobre todo, la Biblia, Su Palabra, enseña al ser humano a vivir para DIOS y a estar “enteramente preparado para toda buena obra”.
Innumerables variedades de cosas pretenden tener autoridad en nuestra vida, pero solo la Palabra de DIOS es realmente digna de ser leída y escuchada. JL
En las páginas de la Biblia, aprendemos a conocer y a comprender a DIOS y Su divina voluntad. Aprendemos sobre los caminos de nuestro CREADOR. Léela, medita y practica lo que leas diariamente.
OREMOS: SEÑOR, que Tu Palabra sea la guía para mi vida y ayúdame para que esté preparado para toda buena obra. Bendice a mi familia, SERES y a mis amistades. Te lo pido en el amor y nombre de CRISTO JESÚS, amén.
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