DIOS es para
todos…
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meditación.
Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
OTRA HISTORIA DEL TITANIC
ROMANOS 10:9 “que
si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor, y crees en tu corazón que DIOS
lo levantó de entre los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree
para ser justificado, pero con la boca se confiesa para ser salvo.”
Una de las historias más tristes de la
tragedia del Titanic fue la manera en que impidieron subir a los botes
salvavidas a las personas que viajaban en tercera clase --los pasajeros que
habían pagado una tarifa baja-- (muchos de los cuales eran inmigrantes). No
importó que algunos de ellos fueran niños que esperaban subir a los botes: los
pasajeros de primera clase abordaron primero.
El otro día estaba conversando con una
amiga quien acababa de regresar de un crucero, me dijo que los barcos de lujo
ya no hacen distinción entre pasajeros de primera y tercera clase, sino que en
caso de emergencia, las mujeres y los niños van primero (¡lo siento,
muchachos!).
En 1912, aun después de encontrar
algunos de los cuerpos de los pasajeros del Titanic y llevarlos a Nova Scotia,
se conservaron las distinciones de clases. Los restos de los pasajeros de
primera clase los colocaron en ataúdes; los de tercera clase, en bolsas para
cadáveres; y los de la tripulación, en camillas. En algunos países, la India en
particular, un sistema de clases o de castas todavía asigna a las personas
cierta condición social en base de su nacimiento. Dicho sistema está
profundamente arraigado en la cultura de la India. ¿Es eso justo? ¡Claro que no!
Sin embargo, DIOS por amarnos
profundamente, no nos rescata de la pena del pecado en base a nuestra condición
en la vida ni del dinero que tengamos. No importa si somos hombres o mujeres, o
a la clase social, o a la raza y cultura a la que pertenecemos.
ÉL derribó las barreras que separan a
las personas y ofrece salvación gratuitamente a todos los que lo invoquen para
ser salvos «13 porque todo el que invoque
el nombre del Señor será salvo» (Romanos 10:13)*.
En Juan 3:16,17 encontramos que DIOS tanto amó al mundo que envió a su Hijo
unigénito a morir por nuestros pecados 16 "De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito,
para que todo aquel que en él cree no se pierda, sino que tenga vida eterna. 17 Dios no envió a su
Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él."
El camino al
cielo está abierto a todos los que crean en Jesús, el cual vino a rescatar a
los pecadores perdidos
ORACIÓN: Amantísimo
Padre Celestial, no tengo palabras para agradecerte por el sacrificio de Tu
Hijo en la cruz del Calvario. Gracias, mi DIOS, porque esa preciosa sangre me ha limpiado y
me ha justificado delante de ti. Gracias por el regalo de la salvación y
de la vida eterna. En
el nombre de Jesús, amén.
(*)LECTURA BÍBLICA: Romanos
10:8-15
8 «La palabra está cerca de ti; la tienes en la
boca y en el corazón.» Ésta es la palabra de fe que predicamos: 9
que si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor, y crees en tu corazón que DIOS
lo levantó de entre los muertos, serás salvo.
10 Porque con el corazón se cree para ser
justificado, pero con la boca se confiesa para ser salvo.
11 Así dice la Escritura: «Todo el que confíe en
él no será jamás defraudado.»
12 No hay diferencia entre judíos y gentiles,
pues el mismo Señor es Señor de todos y bendice abundantemente a cuantos lo
invocan, 13 porque «todo el que invoque el nombre del Señor será
salvo».
14 Ahora bien, ¿cómo invocarán a aquel en quien
no han creído? ¿Y cómocreerán en aquel de quien no han oído?
¿Y cómo oirán si no hay quien lespredique?
15 ¿Y quién predicará sin ser enviado? Así está
escrito: «¡Qué hermoso es recibir al mensajero que trae buenas nuevas!»
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