Una gran
verdad.
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Bendiciones,
Enio
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EL BUEN PASTOR
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*SALMO 23 JEHOVÁ
ES MI PASTOR
Muchas veces, DIOS es
retratado en las Sagradas Escrituras de una manera fácil de entender para
nosotros. Uno de los pasajes más conocidos y favoritos de la Biblia es el Salmo 23,
que comienza así: “Jehová es mi pastor; nada me faltará”. Aquí, David ofrece
una emotiva y conmovedora imagen de DIOS, describiéndole como un pastor de
ovejas.
En la antigüedad, los pastores
tenían una relación especial con sus rebaños. Pasaban el día con los animales,
los guiaban por el camino, los protegían de peligros y metían en el corral a
los que vagaban. Para las ovejas, el pastor era un compañero constante, hasta
el punto de que los animales realmente llegaban a reconocer su voz y, por
tanto, a responder solamente a su llamado.
En el Salmo 23,
David reconoce su posición como la de una oveja bajo la dirección del Gran
Pastor. Como tal, se regocija porque él es parte del “rebaño” del Señor, y por
ser DIOS un Guía tan tierno y misericorDIOSo.
Por la seguridad que tenía de
la protección y la guía del Señor, David fue capaz de exclamar categóricamente:
“Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú
estarás conmigo” (v.
4).
Esta es verdaderamente una declaración admirable porque revela que, aunque
David estaba consciente de que iba a enfrentar tiempos difíciles, podía
descansar en la confianza de que DIOS lo sacaría adelante en la prueba.
Así como un pastor conoce a
sus ovejas, DIOS le conoce a usted. Dele gracias hoy porque le permite
apacentarse en el prado de sus bendiciones.
ORACIÓN:
(*)JEHOVÁ
ES MI PASTOR
Salmo
de David
23 Jehová es mi pastor, nada me
faltará. 2 En lugares de delicados
pastos me hará descansar; junto a aguas de reposo me pastoreará. 3 Confortará mi alma. Me guiará por sendas de justicia por
amor de su nombre.
4 Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal
alguno, porque tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento.
5 Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis
angustiadores; unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando. 6 Ciertamente, el bien y la misericordia me seguirán todos los
días de mi vida, y en la casa de Jehová moraré por largos días.
En el nombre de Cristo, amén.
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