martes, 18 de agosto de 2020

APRENDIENDO A COMPARTIR

La conjugación espiritual…
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
APRENDIENDO A COMPARTIR

EZEQUIEL 18:32 “¿Por qué habrás de morir, pueblo de Israel, si yo no quiero que nadie muera? Apártense del mal y vivirán. Yo, el Señor, lo afirmo”. 
El egoísmo es la raíz de todos los males de la humanidad. Hace que sólo pensemos en nosotros mismos y que los demás “se las arreglen por su propia cuenta”.
La "gramática" del egoísta se conjuga como nos lo han enseñado en la escuela: “yo”, “tú”, “él”, etc., pero en la faz espiritual es al revés. Primero está “él” (DIOS, el SEÑOR), luego está “tú” (el prójimo) y luego está “yo”.
Si empezamos a conjugar con los verbos celestiales, nuestra vida cambiará radicalmente y dejaremos de ocuparnos en nosotros mismos pensando en el Señor y en los demás.
La Biblia nos anima a que no nos quedemos nosotros solos con la salvación que hemos recibido, luego de aceptar a CRISTO en el corazón. ÉL quiere que la compartamos también con otros.
Mira a tu alrededor. Quizás ahora mismo en tu hogar, entre tus familiares, en la vecindad, en la oficina, tengas a uno o más personas para hablarles del amor salvador de CRISTO y no lo estás haciendo porque has pensado sólo en tu propia salvación.
El SEÑOR quiere usarte en tu familia, en tu trabajo, con los amigos y vecinos pues ÉL no quiere la muerte de nadie. ÉL quiere que cada ser humano “mortal” le conozca, se arrepienta y tenga vida presente y eterna en CRISTO JESÚS.
¿Seguirás encerrado en tu egoísmo o has cambiado la conjugación natural por la conjugación espiritual?
OREMOS: DIOS mío. Saca de mi, el pensar sólo en mí sin importarme los demás. Te pido que arranques éso de mi vida, y te entrego mi ser para que TÚ lo uses en proclamar TU poderoso Evangelio de la Salvación. 
Por CRISTO nuestro SEÑOR, amén.
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