TU GRACIA ME BASTA

La gracia de DIOS nos acompaña siempre. 

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Bendiciones,

Enio

Meditación Diaria

TU GRACIA ME BASTA

El Aposento Alto

**Leer 2ª Corintios 12:1-10 (RV2015) 

2ª CORINTIOS 12:9 “Y me ha dicho: “Bástate mi gracia, porque mi poder se perfecciona en la debilidad””

Estaba en la recepción esperando para entrar al procedimiento quirúrgico. Después de varias horas, ingresé a la sala de espera para ser canalizada. Había otros cinco pacientes en recuperación y entramos otras tres personas. Mientras colocaban el suero a otro paciente llamado Raúl, él comenzó a expresar su angustia por el procedimiento y sus malestares la noche anterior. Le confesó a la enfermera que tenía mucha hambre, pues llevaba más de 24 horas sin comer alimentos sólidos.

En ese momento, vinieron a mi mente las siguientes palabras del apóstol Pablo: «Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad». Mientras la enfermera preparaba mi suero, pude platicar con el paciente y hacerle ver que la incomodidad era parte del proceso. Compartí algunas sugerencias para su recuperación además de la esperanza que DIOS ofrece a pesar del dolor físico. Después de unos minutos de plática y oración ingresamos a la sala correspondiente y el rostro de esta persona reflejaba la paz de DIOS. También fui reconfortada al saber que en mi debilidad DIOS está a mi lado, que los aprendizajes en los procedimientos quirúrgicos anteriores fueron de bendición para otras personas.

La gracia de DIOS es suficiente independientemente de la sanidad que se pueda recibir. La confianza en CRISTO es vital. El lugar donde estamos es nuestro ministerio y somos llamados a dejarnos usar. Vivamos nuestros procesos con la confianza de que nuestro CREADOR conoce nuestra necesidad.

OREMOS: PADRE Celestial, que pueda identificar Tu gracia en cada situación y que mi confianza esté en Tus manos. En el nombre y amor de CRISTO JESÚS, amén.

Sra. Nelly García Gallardo (México D.F., México)

**Leer 2ª Corintios 12:1-10 (RV2015)

VISIONES Y REVELACIONES DE PABLO

12 Me es preciso gloriarme, aunque no es provechoso. Sin embargo, recurriré a las visiones y revelaciones del Señor.

² Conozco a un hombre en Cristo, que hace catorce años —si en el cuerpo, no lo sé; si fuera del cuerpo, no lo sé; DIOS lo sabe— fue arrebatado hasta el tercer cielo. ³ Y sé respecto a este hombre —si en el cuerpo o fuera del cuerpo, no lo sé; DIOS lo sabe— ⁴ que fue arrebatado al paraíso donde escuchó cosas inefables que al hombre no le es permitido expresar. ⁵ ¡De aquel hombre me gloriaré! Pero de mí mismo no me gloriaré sino en mis debilidades. ⁶ Porque, si acaso quisiera gloriarme, no sería yo insensato, pues diría la verdad. Pero desisto, para que nadie piense de mí más de lo que ve en mí u oye de mí. ⁷ Y para que no me enaltezca sobremanera por la grandeza de las revelaciones, me ha sido dado un aguijón en la carne, un mensajero de Satanás, que me abofetee para que no me enaltezca. ⁸ En cuanto a esto, tres veces he rogado al Señor que lo quite de mí ⁹ y me ha dicho: “Bástate mi gracia, porque mi poder se perfecciona en la debilidad”. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que habite en mí el poder de Cristo. ¹⁰ Por eso me complazco en las debilidades, afrentas, necesidades, persecuciones y angustias por la causa de Cristo; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.

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