jueves, 14 de abril de 2022

LA MESA DE VALOR ESPIRITUAL

JESÚS sabía lo que estaba a punto de suceder. 
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Enio
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LA MESA DE VALOR ESPIRITUAL

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ISAÍAS 53:5 “Ciertamente llevó ÉL nuestras enfermedades y sufrió nuestros dolores, ¡pero nosotros lo tuvimos por azotado, como herido y afligido por DIOS! Mas ÉL fue herido por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados. Por darnos la paz, cayó sobre ÉL el castigo, y por Sus llagas fuimos nosotros curados”.

 

JESÚS sabía lo que estaba a punto de suceder. Sentía que la muerte y la oscuridad se cernían sobre ÉL, pero no se recluyó con el fín de prepararse para lo que vendría. Por el contrario, el SEÑOR decidió pasar las horas finales con Sus amigos alrededor de una mesa con pan, vino y valor espiritual.

JESÚS quería estar cerca de aquellos a quienes “amó hasta el fin”. El evangelista Lucas señala que el SEÑOR y Sus discípulos se reunieron en el aposento alto para celebrar la Pascua. Allí, tuvieron una comida conocida como el Séder(*), cuya liturgia y alimentos simbólicos recordaban cómo DIOS había liberado a Israel de la esclavitud en Egipto, aplastando los ejércitos de Faraón, y cuidando de los antiguos esclavos en el desierto, hasta que llegaron a la tierra que ÉL les había preparado como hogar.

En cada Pascua, las familias judías volvían a contar la gran historia de la provisión y del rescate de DIOS —un recordatorio de que DIOS seguía estando con ellos, de que ÉL restauraría y sanaría espiritualmente a Su pueblo una vez más. JESÚS sentía que la muerte y la oscuridad se cernían sobre Él, y decidió pasar las horas finales con sus amigos.

Por eso, la comida de JESÚS con Sus discípulos contenía todos estos ecos de la historia de Israel, y avivaba de nuevo la fe de los Suyos en la garantía de las promesas de DIOS. En los días que vendrían después, esos hombres enfrentarían el abatimiento y la turbación.

Heridos por el horror de la cruz, temblarían de miedo e indignación. Se aferrarían a la esperanza, a cualquier posibilidad de que la historia que JESÚS había comenzado, aún no había terminado. Pero toda esta angustia estaba por venir.

Por ahora, JESÚS comía y bebía con Sus discípulos, y trataba de explicar a Sus desconcertados amigos cómo iba a entregar Su cuerpo y Su vida por la sanidad de ellos. Al ofrecer esta copa y este pan partido, JESÚS sabía que Su muerte iba a cumplir lo que el profeta Isaías había anunciado —que serían necesarias Sus heridas para que fuéramos curados.

Aunque los discípulos no fueron capaces en ese momento de comprender el significado de Sus palabras, nuestro SALVADOR presentó la promesa de morir y después resucitar de entre los muertos a favor de ellos, y de los que creamos en ella.

 

Mateo 26:26-28 “Mientras comían, tomó JESÚS el pan, lo bendijo, lo partió y dio a sus discípulos, diciendo:—Tomad, comed; esto es mi cuerpo. Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio, diciendo: —Bebed de ella todos, porque esto es mi sangre del nuevo pacto que por muchos es derramada para perdón de los pecados”.

 

Cuando participes de la Cena del SEÑOR, piensa en lo que ÉL hizo por ti, anhela Su regreso, y recuerda que ÉL es nuestra Pascua (1ª Corintios 5: 7 “Limpiaos, pues, de la vieja levadura, para que seáis nueva masa, como sois, sin levadura, porque nuestra Pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros”).

por Winn Collier

OREMOS: Gracias PADRE Celestial por estas pruebas y muestras de Tu amor por la humanidad, en que diste a tu único HIJO en rescate por muchos. Gracias mi SEÑOR. En el nombre de CRISTO, amen.

(*)La última Cena, celebrada pocas horas antes de la crucifixión del SEÑOR, era un Seder (rito de la Pascua). Anteriormente, los símbolos de la fiesta habían señalado sólo el rescate de los hebreos de Egipto. Pero esa noche del jueves, JESÚS reveló el significado mesiánico de dos símbolos: el pan y el vino. 

En el Seder, una bolsa de tela, con compartimientos separados, contiene tres galletas de matzá, o pan sin levadura. El matzá de en medio es sacado y partido. La mitad se rompe y se distribuye, y la otra mitad es envuelta en una servilleta, escondida, y vuelta a traer tras ser encontrada. Cuando partió el pan, JESÚS dijo: "Tomad, comed, esto es mi cuerpo"

En la Biblia, la levadura simboliza el pecado; por tanto, el pan no leudado representa al DIOS Santo. En la bolsa dividida, los matzás se unen, pero siguen siendo distintos —una imagen de La Trinidad. El pan del medio representa al HIJO, quien dejó Su posición al lado de Su PADRE para habitar entre nosotros, y fue molido por la humanidad, envuelto en una sábana, puesto en una tumba, y resucitado. De hecho, nuestra redención fue costosa.

El vino, el otro símbolo que JESÚS resaltó, se vierte cuatro veces en un Seder. Los eruditos creen que fue la tercera copa, conocida como la copa de la redención, lo que JESÚS llamó "mi sangre del pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados".

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