EL DUEÑO DE TODO
By Charles Stanley
MATEO 25:21 "Bien, siervo bueno y fiel; en lo poco fuiste fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu Señor."
Sentirse seguro económicamente es una de nuestras necesidades básicas. Muchas personas piensan que están seguras financieramente hasta que surge un problema; entonces la realidad de que son vulnerables las golpea. Contrariamente a lo que dice el mundo, la seguridad económica no se encuentra en una cuenta bancaria o en un fondo de jubilación, sino en una relación con AQUEL que es dueño de todo en el cielo y la tierra.
El SEÑOR no está demasiado ocupado gobernando el universo como para descuidar tu situación financiera. La verdad es que ÉL se interesa por cada detalle de tu vida, incluyendo tu necesidad de tener seguridad económica.
Si sigues la dirección divina en cuanto a cómo ganar y usar el dinero, tu podrás experimentar paz, gozo y contentamiento.
Cuando se trata de las finanzas, tres verdades básicas deben regir nuestro pensamiento:
ü DIOS es el dueño de todo.
ü Somos administradores de las posesiones de DIOS.
ü Somos responsables, y un día daremos cuenta a DIOS de la manera que utilizamos sus recursos.
La verdadera seguridad financiera se tiene sólo cuando usamos el dinero de DIOS a Su manera y para Sus propósitos. Sólo ÉL conoce el futuro, y tiene el poder para satisfacer nuestras necesidades, mientras que nuestras estrategias financieras dependen del esfuerzo y el criterio humanos.
¿Quisieras experimentar la estabilidad de la paz interior, aún durante una sacudida económica? Confiar en la provisión del SEÑOR y obedecer Sus mandamientos te llenarán de confianza. Descansa sabiendo que ÉL provee para Sus hijos.
Las palabras «Bien, siervo bueno y fiel; en lo poco fuiste fiel, sobre mucho te pondré», expresado con gratitud por el SEÑOR, siguen siendo una expresión que deseamos que el SEÑOR de Señores nos dirija un día a nosotros. ¡Invirtamos con gratitud y sabiduría lo que DIOS nos permite tener, sin importar lo poco o lo mucho que sea!
OREMOS: PADRE nuestro. Te damos gracias por todo lo que me das. Yo sé que todo Te pertenece y Tú me lo has dado para que yo lo administre, y lo administre bien. Esto incluye, SEÑOR, a mi familia, mi hogar, mi trabajo, mis estudios, mis bienes, mi salud, etc., etc. Gracias SEÑOR. Te pido que me ayudes a hacerlo bien y que todo lo que haga sea de Tu agrado. En el nombre de CRISTO, amén.
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