LA PEREZA
PROVERBIOS 26:14-16 “Como la puerta gira sobre sus quicios, así el perezoso se vuelve en su cama. Mete el perezoso su mano en el plato, pero le cansa llevársela a la boca. En su propia opinión, el perezoso es más sabio que siete que sepan aconsejar.”
La misión tecnológica de la humanidad es inventar artefactos que hagan la vida lo más fácil y menos laboriosa que se pueda. Algunos de los aparatos inventados han sido realmente una bendición para la humanidad, otros han tenido una influencia destructiva. No creo que haya alguien que piense que las lavadoras y las secadoras de ropa no son aparatos que verdaderamente hacen nuestra vida más fácil. Igual podemos decir del computador u ordenador y su aplicación de red: la Internet, la cual ha revolucionado nuestra manera de comunicarnos, de aprender y de divertirnos. ¿Y qué diremos de los vehículos, el teléfono celular o el horno de microondas, etc.?
Todos estos avances tecnológicos han logrado ciertamente hacer más fácil nuestra existencia. No obstante, como con todas las cosas, la naturaleza pecaminosa de la humanidad ha creado nuevas maneras de cometer crímenes y hacer cosas indebidas utilizando estos de otra manera útiles avances tecnológicos.
Un ejemplo de una tecnología mal utilizada es el aprovechamiento de la Internet para promover y difundir la pornografía y la pedofilia. Otro ejemplo es la conducción de vehículos a velocidades muy por encima de los límites establecidos. El uso del teléfono celular mientras se conduce el vehículo también ha resultado en dolorosas y cuantiosas pérdidas de vidas humanas y daños materiales. Un mal mucho peor. Por la manera invisible como va actuando, es el uso indebido del tiempo: el ocio del que ahora disponemos como resultado de la utilización de nuevas tecnologías.
Como ahora tenemos más tiempo disponible, podemos hacer más y diversas cosas que antes no hacíamos lo cual nos produce un cansancio mental y físico. Luego, para recuperarnos de ese cansancio buscamos el reposo en la inactividad, pero la inactividad promueve la flojera y terminamos siendo personas irresponsables porque no sabemos administrar bien nuestro tiempo.
No seamos como el perezoso del que nos habla la porción de la Palabra que nos tocó analizar hoy. Recordemos que debemos aprovechar “al máximo cada momento oportuno, porque los días son malos.”
Honremos al SEÑOR con nuestras vidas, sirviéndole con alegría y no nos dejemos vencer por la flojera. Que ÉL nos ayude a trabajar con ahínco y a realizar todo lo que hacemos para la gloria de DIOS y para el beneficio de otros. La verdadera felicidad viene a la persona que sirve con diligencia a DIOS y a otros.
¿De qué maneras estas sirviendo a DIOS? ¿De qué maneras estas sirviendo a otros?
OREMOS: PADRE nuestro, gracias por la vida y por el nuevo día que me das. Gracias por las bendiciones recibidas hasta este momento. Ayúdame SEÑOR a servirte con alegría y todo lo que haga sea de Tu agrado. En el nombre de CRISTO, amén.
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