Querida Mamá, cada momento que me
acuerdo de tí, le doy gracias a DIOS.
¡FELIZ DÍA MAMÁ!
Muestra tu fe por tus obras
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria,
¿CUÁN BUENAS SON TUS
OBRAS?
MARCOS 14:1-9 "Pero Jesús dijo: Dejadla, ¿por qué la molestáis? Buena
obra me ha hecho. Siempre tendréis a los pobres con vosotros, y cuando queráis
les podréis hacer bien; pero a mí no siempre me tendréis. Esta ha hecho lo que
podía; porque se ha anticipado a ungir mi cuerpo para la sepultura. De cierto os digo que dondequiera
que se predique este evangelio, en todo el mundo, también se contará lo que
ésta ha hecho, para memoria de ella.”
Este
pasaje nos cuenta que una mujer (cuyo nombre era María) de la aldea de Betania,
derramó un frasco de perfume muy caro sobre Jesús, porque sintió en su corazón
honrar al Maestro con lo más valioso que élla tenía. Probablemente
María nunca se imaginó que la recordarían por un acto que inicialmente
criticaron algunos por considerarlo un desperdicio y algo inapropiado. Pero
Jesús silenció las críticas contra élla diciendo: “Dejadla, ¿por qué la molestáis? Buena obra me ha
hecho.” Y después profetizó algo que con seguridad
dejó a todos boquiabiertos: “De
cierto os digo que dondequiera que se predique este evangelio, en todo el
mundo, también se contará lo que ésta ha hecho, para memoria de élla.”
Cuando el famoso escultor
Frank Eliscu tenía 22 años de edad terminó el primer encargo que se le hizo:
una pequeña estatua que se puede agarrar con una mano. Esta estatua se otorga
todos los años al jugador universitario de fútbol norteamericano más destacado
de los Estados Unidos. El pequeño trofeo, conocido como Trofeo Heisman, es la
pieza de arte más codiciada de este escultor. Nunca pudo haber pensado Eliscu que ésta sería su
obra principal, en lugar, por ejemplo, de “La cascada de libros” que hay afuera
del Congreso de los Estados Unidos, o “El Aguila Presidencial” en la Casa
Blanca. “No es una de mis mejores obras de arte” – declaró el escultor. Pero
terminó siendo como la Estatua de la Libertad: no hermosa, pero muy querida por
la gente.
Ciertamente
no es el valor material o el tamaño de nuestras obras lo más importante para
DIOS, sino la disposición de nuestro corazón al llevarlas a cabo. Nuestras
obras verdaderamente inmortales serán como la de María de Betania y la viuda
pobre: actos sencillos de amor por el Señor Jesús, aceptados y alabados por ÉL.
Estas obras mostrarán al mundo la calidad de
nuestra fe y nuestro amor por DIOS, mucho más que todo lo que podamos expresar
con palabras. El apóstol Santiago lo expresó de esta manera: “Muéstrame tu fe sin tus obras, y
yo te mostraré mi fe por mis obras.” (Santiago
2:18b).
Cuando Cristo mora en
nuestros corazones, y le amamos, y queremos agradarle de todo corazón, estas
obras surgen de manera espontánea cada vez que se presenta una oportunidad en
nuestras vidas. ¿Has pensado cuáles han sido tus obras últimamente?
ORACIÓN:
Padre Amado, yo deseo
agradarte con todas mis obras. Ayúdame a valorar lo que es importante para Tí,
y que todo lo que yo haga salga de un corazón deseoso de rendirte el honor y la
gloria que Tú mereces. En el nombre de Jesús, amén.
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