viernes, 9 de mayo de 2014

LA DEVOCIÓN DE DIOS Y LAS MUESTRAS DE SU AMOR

Las muestras de Su amor…
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
LA DEVOCIÓN DE DIOS
EFESIOS 3:17-19 Y pido que, arraigados y cimentados en amor, puedan comprender, junto con todos los santos, cuán ancho y largo, alto y profundo es el amor de Cristo; en fin, que conozcan ese amor que sobrepasa nuestro conocimiento, para que sean llenos de la plenitud de DIOS”
En 1826, el escritor británico Thomas Carlyle se casó con Jane Welsh, otra escritora de renombre. Élla se dedicó a respaldar el éxito de su esposo y lo ayudaba de todo corazón. Debido a una dolencia estomacal y a una enfermedad nerviosa, él tenía un temperamento bastante irritable. Por esa razón, élla le preparaba comidas especiales y trataba de mantener la casa lo más silenciosa posible, para que él pudiera escribir.
Por lo general, Thomas no valoraba el espíritu servicial de Jane ni pasaba mucho tiempo con élla. Sin embargo, refiriéndose a su esposa, le escribió a su madre lo siguiente: «Debo reconocer de corazón que élla […] me ama con una devoción que me resulta misterioso entender que pueda merecerlo. Élla […] mira con tanta dulzura y optimismo mi rostro sombrío, que me transmite una nueva esperanza cada vez que encuentro su mirada».
¡Nosotros también tenemos a Alguien que nos ama con una devoción que no podemos comprender que merezcamos, debido a nuestra condición de pecadores!
Esa Persona es DIOS el Padre, «que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros» (Romanos 8:32). Su amor es ancho, largo, profundo y alto, y también excede todo conocimiento.
Entender, comprender y apreciar el amor de DIOS es algo tan vital, que así como Pablo oraba para que los efesios estuvieran «arraigados y cimentados» en ÉL, lo estemos nosotros también. No hay mayor gozo que saber que DIOS te ama.
ORACIÓN: Gracias Señor por las muestras de Tu amor. En el nombre de Cristo, amén.

Efesios 3:14-21 Súplica al Padre

14 Por todo lo cual me pongo de rodillas ante el Padre, 15 origen de toda paternidad tanto en el cielo como en la tierra, 16 y le pido que, conforme a la riqueza de su gloria, su Espíritu los llene de fuerza y energía hasta lo más íntimo del ser. 17 Que Cristo habite, por medio de la fe, en el centro de la vida de ustedes y que el amor les sirva de cimiento y de raíz. 18 Serán así capaces de entender, en unión con todos los creyentes, cuán largo y ancho, cuán alto y profundo 19 es el amor de Cristo; un amor que desborda toda ciencia humana y los colma de la plenitud misma de Dios.
20 A Dios que, desplegando su poder sobre nosotros, es capaz de realizar todas las cosas incomparablemente mejor de cuanto pensamos o pedimos, 21 a él la gloria en Cristo y en la Iglesia, de edad en edad y por generaciones sin término. Amén.


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