Tomado de
Su mano…
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
LA ESPERANZA QUE NO DEFRAUDA
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ROMANOS 5:1 "Puesto que Dios ya nos ha hecho justos gracias a la fe, tenemos
paz con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo."
Quienes creen en Cristo viven “en paz
con DIOS” y han recibido la 'gracia' de la salvación (" Justificados,
pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor
Jesucristo, 2 por quien también
tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos
gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios." Romanos
5:1-2 RVR 1995).
Sin embargo siempre pueden ser
víctimas del mal y del dolor y verse envueltos en la negatividad y las contradicciones
de la historia humana. La gracia que los creyentes hemos recibido a través de
la muerte y la resurrección de Cristo no anula su condición histórica, ni los
arranca de la dura realidad de la vida en donde las fuerzas del mal los amenazan
peligrosamente también a éllos.
Lo extraordinario es que, aún en
medio de las situaciones más difíciles y oscuras, los cristianos permanecen
firmes, ya que ponen toda su confianza en DIOS, sabiendo que el mal y lo
negativo no tienen nunca la última palabra. Ponen toda su seguridad y su
confianza en DIOS. Es lo que quiere decir Pablo cuando afirma que los
cristianos “se
sienten gozosos, esperando participar de la gloria de DIOS” (Romanos
5,2).
El cristiano se siente con gozo de la
esperanza que brota de su fe en Cristo y vive la experiencia del mal no como
obstáculo fatal que lo destruye y lo hace infeliz, sino como ocasión para vivir
más intensamente el amor y la fuerza de DIOS en Cristo. Lo que podría ser
fuente de fracaso y de muerte, se vive como ocasión de crecimiento humano y de
fe: “Hasta en los
sufrimientos nos sentimos llenos de gozo, sabiendo que los sufrimientos
producen paciencia; la paciencia produce virtud sólida, y la virtud sólida,
esperanza” (Romanos 5,3-4).
Las dificultades de la vida hacen madurar
al creyente, no lo derrumban, le dan la oportunidad de perseverar con
fidelidad. El fruto de la esperanza no se recoge cuando el aprieto ya ha sido
superado, sino cuando logramos descubrir a DIOS allí donde todo parece negar su
presencia.
La esperanza cristiana no es espera
pasiva del futuro, ni resignación conformista, ni tampoco se reduce a un
ingenuo optimismo. Nuestra esperanza brota de la confianza que ponemos en DIOS
que nos ha amado en Cristo, con la cual afrontamos la realidad serenamente, sin
dejar que el peso de las dificultades nos aplaste e intentando cambiar lo que
se puede cambiar.
Nuestra esperanza se sostiene con la
certeza que “si DIOS
está por nosotros, ¿quién podrá estar contra nosotros?” (Romanos
8,31) y de que “ni
lo presente, ni lo futuro… ni ninguna otra criatura podrá separarnos del amor
de DIOS manifestado en Cristo Jesús, Señor nuestro” (Romanos 8,39).
ORACIÓN: Gracias mi DIOS porque através de Tu Palabra me enseñas que Tú
estás presente en todo momento y que tomados de Tu mano podemos superar todas
nuestros problemas, pruebas y necesidades. Gracias. En el nombre de Cristo
Jesús, amén.
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