sábado, 22 de octubre de 2016

A SOLAS CON DIOS

Para Dios no hay nada imposible.
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria

A SOLAS CON DIOS

MARCOS 1:35-39  “De madrugada, cuando todavía estaba oscuro, Jesús se levantó y salió de la ciudad para ir a orar a un lugar solitario. Simón y sus compañeros fueron en busca de Jesús, y cuando lo encontraron le dijeron: Todos te están buscando.
Pero él les contestó: Vamos a los otros lugares cercanos; también allí debo anunciar el mensaje, porque para esto he salido. Así que Jesús andaba por toda Galilea, anunciando el mensaje en las sinagogas de cada lugar y expulsando a los demonios.”
¿Qué lugar ocupa la oración en tu agenda diaria? No estoy hablando de los momentos en que ora cuando se dirige al trabajo o mientras desayuna, sino en las ocasiones que está a solas con DIOS — tú y ÉL solamente —. Aunque la oración en cualquier momento es buena, también necesitamos tener un lugar y un tiempo determinados para encontrarnos con el Señor cada día.
A pesar de que era el Hijo de DIOS, Jesús reconocía la importancia del tiempo de oración a solas. No hacía nada por iniciativa propia, sino que vivía en dependencia del Padre; actuaba sólo cuando el Padre le comunicaba Sus instrucciones.
En la lectura de hoy, no sabemos exactamente por cuáles cosas oró Jesús, pero cuando los discípulos interrumpieron su tiempo de oración matinal, era obvio que había recibido la dirección de Su Padre para ese día —ir “a los lugares vecinos” para predicar.
Jesús fue el ejemplo perfecto de una vida guiada por el Espíritu, y la oración jugaba un papel vital. Puesto que hemos de seguir Su ejemplo, ¿no tiene sentido que nos reunamos con DIOS cada mañana temprano en preparación para el día? Este es el momento para poner nuestras preocupaciones a Sus pies, buscar dirección para el día, confiar en ÉL en cuanto a provisión y protección, e interceder por otras personas.
Aunque muchas cosas exigen nuestro tiempo y atención, no podemos permitirnos descuidar la oración. El fruto de no orar es la debilidad espiritual, necesidades no satisfechas, ansiedad e ingratitud. Pero si hacemos de la oración una prioridad, tendremos un fundamento firme para enfrentar todo lo que se nos presente.
ORACIÓN: Señor, gracias porque a través de la oración puedo conversar Contigo. Ayúdame a ser persistente en mi oración y así pueda experimentar la alegría de recibir Tu respuesta y dirección.  En el nombre de Cristo Jesús.  Amén.


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