MATEO 11:28 “Venid á mí todos los que estáis trabajados y cargados, que yo os haré descansar“.
Recuerdo una vez que caminé junto a un riachuelo de Texas hace muchos años con mi cuñado Ed y su hijo David, de tres años. Mientras caminábamos, David había estado recogiendo piedras lisas y redondas de la orilla. Las llamaba "cerditos" porque su forma redonda le hacía pensar en cerditos.
David se metió una serie de "cerditos" en los bolsillos, y cuando se le llenaron los bolsillos, comenzó a llevarlos en las manos. Después de un rato empezó a tambalearse bajo el peso de las piedras y se quedó atrás. Era evidente que sin nuestra ayuda nunca llegaría a la casa, por lo que su papá Ed le dijo: -"Ven, David, déjame cargar tus cerditos."-
El rostro de David se cubrió de renuencia por un momento, y luego se iluminó. "Ya sé”, - dijo -. “Tú me cargas a mí y yo cargo a mis cerditos."
Muchas veces he pensado en ese incidente y en mi propia insistencia infantil en que debo llevar mi propia carga. JESÚS ofrece llevar todas mis cargas, pero yo me resisto por terquedad y orgullo. "Tú me cargas a mí”, - digo – “pero yo cargo mis "cerditos".”
"¡Piénsalo bien, no deberías tratar de llevar todas tus cargas tú solo! Cuando Jesús te pide que eches "toda [tu] ansiedad sobre ÉL, porque ÉL tiene cuidado de [ti]" (1ª Pedro 5:7).
¿Has puesto hoy todos tus "cerditos" en los fuertes brazos de JESÚS?
(RP)
“Echa sobre el Señor tu carga, y él te sustentará; No dejará para siempre caído al justo”. (Salmos 55:22)
OREMOS: ¡Alabado seas DIOS mío! Me acerco a Tí humildemente para pedirte perdón por los errores cometidos. Ayúdame a entregarte toda mi carga y bendice a mis familiares y amigos. Gracias SEÑOR por las pruebas y muestras de Tu amor. Por CRISTO JESÚS, amén.
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