miércoles, 21 de enero de 2015

NUESTRO REFUGIO

Mi protección.
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria    
NUESTRO REFUGIO
SALMO 91: 9-10 “Porque has puesto al Señor, que es mi refugio, al Altísimo, por tu habitación. No te sucederá ningún mal, ni plaga se acercará a tu morada.”
Era un día brillante y con una agradable brisa en la playa. Las familias y los amigos estaban reunidos sobre toallas de playa disfrutando del buen tiempo. Mientras se divertían nadando y bronceándose, nadie se dio cuenta de los amenazantes nubarrones que había lejos en el cielo. Fue cuando comenzaron a caer las gotas de lluvia que todos empezaron a empacar sus cosas. Cuando la llovizna se convirtió en un aguacero, toda la gente corrió rápidamente a un área de resguardo común, adonde encontraron refugio de la lluvia.
A lo largo de la historia, los creyentes en Jesús han encontrado en DIOS su lugar de refugio. Corrie ten Boom, una relojera holandesa, escondió judíos en su casa durante la Segunda Guerra Mundial. Fue encarcelada por los nazis y puesta en confinamiento solitario durante cuatro meses. Su celda era oscura, con agua sucia en el suelo, y constantemente era torturada por los gritos desgarradores de otros prisioneros.
Corrie le dijo al Señor que no era lo suficientemente fuerte como para soportar aquello, y el Señor le habló de una manera inusual. Vio una hormiga en el suelo que corría directamente a un diminuto agujero en la pared cuando sentía el agua. El Señor le dijo a Corrie que ÉL era el refugio de ella, y que ella podía venir corriendo a ÉL así como la hormiga corría hacia el agujero.
Durante los meses que Corrie estuvo sola en su celda, pasó mucho tiempo leyendo la Palabra de DIOS. La vida y sufrimientos de Jesús se le hicieron más reales que nunca. Incluso empezó a ver que todo su sufrimiento podía tener un propósito.
La muerte de Jesús había traído perdón a la humanidad. De la misma manera, ella sentía que DIOS podía sacar algo bueno de los problemas por los que estaba pasando. Este pensamiento le dio valor y fortaleza renovada. Bajo aquellas condiciones terribles, la bondad en las palabras de la Biblia resplandecía y su mensaje del amor de DIOS traía consuelo tanto a ella como a las otras reclusas con quienes compartía el evangelio. Con la muerte a su alrededor, la promesa de vida eterna y la gloria del cielo daban a las prisioneras esperanza para el futuro.
Al leer el Salmo 91 aprendemos que DIOS es nuestro refugio y fortaleza, así como lo fue para Corrie. En el Salmo 46:1, el autor dice que DIOS es nuestro «pronto auxilio en las tribulaciones». Eso significa que ÉL va con nosotros a través de nuestro sufrimiento y dolor, sosteniéndonos en medio de él.
Podemos reemplazar nuestro temor con confianza y nuestro dolor con consuelo, sabiendo que DIOS está allí cuando enfrentamos problemas abrumadores. ¡ÉL es nuestro refugio y nuestra fortaleza! Qué seguridad más grande puedo tener y saber que el Creador de los cielos y de la tierra se interesa por mí. Por eso hoy estoy convencid@ que mi socorro y mi ayuda vienen de ÉL. ¡Gracias Señor!
ORACIÓN: Gracias Señor, porque a través de la lectura y meditación de Tu Palabra (La Biblia), te voy conociendo y comprendiendo cada vez más y confiando más en Ti, Señor, que siempre estarás a mi lado para ayudarme y socorrerme en los momentos más difíciles de la vida. Gracias Señor. En el nombre de Cristo, amén.


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