lunes, 9 de noviembre de 2015

LA ESCUELA DE LA OBEDIENCIA

Una vida obediente.
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
LA ESCUELA DE LA OBEDIENCIA
PROVERBIOS 3:5,6 "Confía de todo corazón en el Señor y no en tu propia inteligencia. Ten presente al Señor en todo lo que hagas, y él te llevará por el camino recto"
Bienvenido a la Escuela de la Obediencia a DIOS. Hoy y mañana estudiaremos una lección llamada “Introducción a la obediencia”. Para algunos, será un material nuevo; para otros, un buen repaso. Trataremos de profundizar en cuanto a los elementos fundamentales para tener una vida obediente y que honre a DIOS.
Confiar. Este es un requisito fundamental que el Señor espera de nosotros (Proverbios 3:5). ÉL sabe que la respuesta obediente es el resultado de la fe, mientras que la mayoría de las rebeliones se derivan de la falta de élla. Por tanto, para tener vidas obedientes debemos creer que DIOS es quién ha dicho ser.
También debemos aceptar Sus planes, métodos y tiempo. Podemos sentir más confianza obedeciendo y estando atentos a la respuesta del Señor. Recuerda que DIOS se goza en bendecir a aquellos que hacen lo que ÉL dice.
Esperar. La paciencia es la que parece desafiarnos más. Muchas veces, cuando no sabemos qué hacer, actuamos confiando en nuestro juicio, esperando que DIOS apruebe y bendiga nuestras acciones, lo cual no es bíblico.
DIOS está muy dispuesto a mostrarnos la manera en que debemos actuar. Nos ha dado su Espíritu como nuestro maestro, porque quiere que sepamos cómo proceder. Debemos esperar con una actitud de confianza hasta que estemos seguros de su voluntad.
DIOS se hace totalmente responsable de dirigirnos. El Señor desea indicarnos el siguiente paso que debemos dar, pero tenemos que venir a ÉL con un corazón confiado y con la disposición de esperar antes de que nos indique lo que debemos hacer.
ORACIÓN: Señor, mi DIOS.  Yo sé que Tú existes y que eres nuestro creador y que diste a Tu único hijo para todo aquel que en ÉL cree no se pierda más tenga vida eterna. Ayúdame a confiar en Ti de todo corazón y no dejarme llevar en confiar en mi propia inteligencia. Que todas las cosas que yo haga tenga presente a nuestro Señor Jesucristo y que sea de Su agrado. Enséñame a través del Espíritu Santo a saber esperar que se cumpla Tu voluntad. En el nombre de Cristo, amén.


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