martes, 5 de julio de 2016

ESTRICTAMENTE CONFIDENCIAL

Gracias Señor por las muestras de Tu amor.
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria   
ESTRICTAMENTE CONFIDENCIAL
PROVERBIOS 28:22 “El tacaño ansía enriquecerse, sin saber que la pobreza lo aguarda.”
Para el ser humano hay ciertas cosas que preferiblemente deben mantenerse en el más absoluto secreto. Una de éllas es el estado de las finanzas personales. Pregúntale a quien quieras y te darás cuenta de que a nadie le gusta compartir con otros la información relacionada con sus ingresos o cuánto tiene acumulado o cómo gasta su dinero.
El dinero es una de esas cosas sobre las cuales tenemos cierta amplitud de control que nos hace sentir más seguros de nosotros mismos o más dueños de nuestro destino. Evidentemente ésto es una falacia pues no somos dueños, ni podemos tener el total control, de las circunstancias que nos rodean. Aún así, gran parte de nuestra vida, de nuestro esfuerzo y de nuestros pensamientos están dedicadas al asunto monetario. No en vano la palabra de DIOS toca el tema numerosas veces y es rica en ilustraciones relacionadas con el correcto o incorrecto uso del dinero. 
Aquellos que pasan toda la vida acumulando riquezas pensando que éstas podrán sacarlo de algún apuro en el futuro terminan convirtiéndose en personas obsesionadas con el tema; y el amor al dinero, que es la raíz de todos los males según nuestro apreciado apóstol Pablo, los hace caer en toda clase de tentaciones arruinando su vida. Al final, las riquezas, que son poco confiables porque un día están allí y el próximo día desaparecen, terminan abandonándolos y dejándolos en la más vil ruina.
Confiemos sólo en la providencia de nuestro Padre Celestial quien nos da diaria y abundantemente todo lo que necesitemos.
Que las finanzas personales no se conviertan en motivo de angustia o pesar en nuestras vidas; más bien sea nuestra fe centrada sólo en nuestro SEÑOR, quien es nuestro Proveedor por excelencia. ¡Sólo a DIOS sea la gloria!
ORACIÓN: Padre Celestial. Gracias por todas las bendiciones que me das. Me das la vida, el amor de mis seres queridos, la salud, el trabajo y el estudio, las comodidades de mi casa y las comodidades personales. Todo viene de Ti y Tú me lo das para que yo lo administre bien. Ayúdame Señor para que así sea. En el nombre de Cristo, amén.


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