lunes, 11 de julio de 2016

NO QUIERO OFENDER CON MIS LABIOS

Lo que nuestras palabras sin control podrían provocar.
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
NO QUIERO OFENDER CON MIS LABIOS
SANTIAGO 3:2 “Porque todos ofendemos muchas veces: Si alguno no ofende de palabra, éste es varón perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo.”.
Es importante tanto lo que se dice como lo que no se dice.  La apropiada manera de hablar no es decir solamente las palabras correctas en el momento oportuno, sino que también incluye controlar los deseos de querer decir lo que no se debe.
¿Cuántas veces me he llevado las manos a la cabeza y he querido desaparecer porque he dicho lo que no debía decir o donde no debía decirlo? ¿Cuántas veces no he querido volver a ver a esa persona por la vergüenza que he sentido de haber fallado con mi boca?
Con dolor he comprendido que realmente la parte más difícil de mi cuerpo es la lengua. Por éso, hoy, no quiero ofender con mis labios. Sé que todos ofendemos en algún momento... pero hoy puedo pedir a DIOS que me ayude a no caer otra vez en esa tentación, de no saber controlar mi lengua.
La Biblia es clara cuando dice que nosotros ponemos freno en la boca de los caballos para que nos obedezcan, y dirigimos así todo su cuerpo....Aún las naves; aunque son tan grandes, y llevadas por impetuosos vientos, son gobernadas con un muy pequeño timón por donde el que las gobierna quiere, y así también la lengua aunque que es un miembro pequeño se jacta de grandes cosas.
Dice también que ese pequeño fuego puede encender un grande bosque. La lengua sin control puede causar un gran daño. Se me olvida con frecuencia que guardada en mi boca hay una pequeña llama que puede incendiar toda una casa hasta volverla cenizas o puede prender una estufa para alimentar al hambriento.
Yo sé que el problema no está en la lengua... sino lo que hay detrás de la lengua, por éso… hoy decido con esta Meditación poner en las manos de DIOS no sólo mi lengua, sino lo que hay detrás de élla… lo que hay en mi corazón.
Si es verdad que puedo incendiar un gran bosque... también podrá encender un calentador para dar abrigo al que muere por el frío penetrante de la oscura noche mundanal.
Es una decisión que tomo hoy. No quiero ofender con mis labios, sino que quiero alentar al desprotegido y alimentar al desnutrido emocional.
Antes de hablar preguntémonos: ¿Es verdad que lo que quiero decir, es necesario y es agradable?

ORACION: SEÑOR. Gracias porque en este día que me regalas me das la oportunidad de vivir para Tí.  Hoy, no quiero hablar por hablar... Hoy no quiero usar mis labios para ofender o herir a alguien.  Conoces SEÑOR, las veces que he llorado delante de Tí por mis desvíos verbales y mis tropiezos vocales. Dame de Tu gracia para que así pueda transmitir amor. Hoy, hay muchos heridos en las casas y las calles porque alguien no cuidó sus labios, no decidió refrenar su lengua... Pero hoy, te digo SEÑOR... pon guarda a mis labios para no herir y en lugar de eso alimentar y fortalecer, animar y guiar al que se encuentre desorientado. En Tu nombre SEÑOR lo pido. Amén.

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