martes, 25 de junio de 2019

PERDER EL FOCO

DIOS me escucha cuando le pido ayuda y me lleva a salvo hasta la orilla.
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
PERDER EL FOCO
El Aposento Alto
**Leer Mateo 14:22-33

MATEO 14:30 “(Pedro), Pero al notar la fuerza del viento, tuvo miedo; y como comenzaba a hundirse, gritó:
—¡Sálvame, SEÑOR!”

Era de tarde y me hallaba sentado sobre la tabla de surf mirando el agua transparente debajo de mí, cuando –repentinamente- vi acercarse una sombra grande y amenazante. Intenté descifrar qué era y lentamente giré hacia ella. Como estaba preocupado por aquello que no conocía, me desconcentré, caí y pronto estuve sumergido en aguas profundas con la tabla dada vuelta. Peor aún, no sabía dónde estaba aquella sombra.
Temí que un tiburón percibiese mi angustia y me atacase, y me tomé fuerte de la tabla preso del pánico. Oré: «¡Ayúdame, SEÑOR!». Decidido a confiar en la protección de DIOS, regresé a la orilla.
En algunos momentos, cuando me deslizo por el golfo sobre la tabla me pregunto cómo habrá sido para Pedro caminar sobre un mar embravecido. Mientras se mantuvo enfocado en JESÚS, se deslizó sobre el agua, así como yo lo hago sobre la tabla. Pero cuando cambió el foco y se centró en la amenaza que representaba el agua, perdió de vista a JESÚS.
Todos enfrentaremos dificultades a lo largo de la vida: muerte, enfermedad o desempleo. Estas situaciones pueden infundirnos temor. En cambio, podemos hacerles frente con valor a través de la oración, el estudio de la Biblia o buscando ayuda en otros hermanos. Es asombrosa la paz que DIOS puede brindarnos 
en esos tiempos de pruebas.
OREMOS: DIOS DE AMOR, protector nuestro, ayúdanos a mantenernos enfocados en TÍ para no hundirnos en aguas traicioneras. 
En el amor de CRISTO, amén.
Sr. Ron Lazanby (Alabama, EE.UU.)
**Leer Mateo 14:22-33 (DHH)
JESÚS CAMINA SOBRE EL AGUA
22 Después de esto, JESÚS hizo que sus discípulos subieran a la barca, para que cruzaran el lago antes que él y llegaran al otro lado mientras él despedía a la gente. 23 Cuando la hubo despedido, JESÚS subió a un cerro, para orar a solas. Al llegar la noche, estaba allí él solo, 24 mientras la barca ya iba bastante lejos de tierra firme. Las olas azotaban la barca, porque tenían el viento en contra. 25 A la madrugada, JESÚS fue hacia ellos caminando sobre el agua. 26 Cuando los discípulos lo vieron andar sobre el agua, se asustaron, y gritaron llenos de miedo: —¡Es un fantasma!
27 Pero JESÚS les habló, diciéndoles: —¡Calma! ¡Soy yo: no tengan miedo!
28 Entonces Pedro le respondió: —SEÑOR, si eres tú, ordena que yo vaya hasta ti sobre el agua.
29 —Ven —dijo JESÚS.
Pedro entonces bajó de la barca y comenzó a caminar sobre el agua en dirección a JESÚS. 30 Pero al notar la fuerza del viento, tuvo miedo; y como comenzaba a hundirse, gritó: —¡Sálvame, SEÑOR!
31 Al momento, JESÚS lo tomó de la mano y le dijo: —¡Qué poca fe tienes! ¿Por qué dudaste?
32 En cuanto subieron a la barca, se calmó el viento. 33 Entonces los que estaban en la barca se pusieron de rodillas delante de JESÚS, y le dijeron: —¡En verdad tú eres el Hijo de DIOS!
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