EL PRIMER LUGAR EN NUESTROS CORAZONES.
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Bendiciones,
Enio
Meditación
Diaria
EL CORDERO DE DIOS
2a CORINTIOS 5:21 “Al que no cometió ningún pecado, por nosotros DIOS
lo hizo pecado, para que en El nosotros fuéramos hechos justicia de DIOS.’’
JESÚS es llamado por varios nombres: MESÍAS, SEÑOR,
CRISTO, RABÍ, MAESTRO, pero el menos familiar para el mundo de hoy es el de CORDERO
de DIOS. Puesto que la mayoría de nosotros no tenemos antecedentes judíos,
nuestra comprensión de este título es limitada. Pero los israelitas de aquel
tiempo entendían el significado de este nombre. Los corderos eran para el
sacrificio.
DIOS siempre ha tratado con el pecado por medio de
la sangre de sacrificios. Cuando Adán y Eva pecaron, un animal fue sacrificado
para cubrir la desnudez y la vergüenza de dos personas (Génesis 3:21). En la
primera Pascua, cada familia cubrió el umbral de la casa con la sangre de un
sacrificio (Éxodo 12:1-7). Más tarde, un macho cabrío era sacrificado para
expiación de toda la nación (Levítico 16:15). Ahora, en Juan 1:29, vemos el
sacrificio máximo —del CORDERO que quita los pecados del mundo. "Al día siguiente, Juan vio a JESÚS, que se acercaba a él, y dijo:
«¡Miren, ése es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo!"
Normalmente, los logros más impresionantes de una
persona se realizan mientras élla vive, pero piensa en lo que JESÚS logró con SU
muerte. Así como animales inocentes habían muerto en lugar de los culpables,
también CRISTO dio Su vida perfecta por la humanidad pecadora. En la cruz JESÚS
no solamente estaba cumpliendo con todo lo que el PADRE le había pedido que
hiciera; sino que estaba también ocupando el lugar que nos correspondía a
nosotros como castigo por nuestros pecados.
Asumió la responsabilidad total por todos nuestros
pecados, y recibió el castigo que merecíamos. Mientras colgaba en la cruz, el
juicio y la ira de DIOS se derramaron sobre ÉL, no sobre nosotros. Así, JESÚS
cumplió en forma completa y perfecta todo lo que hacía falta para que nosotros
recibiéramos el perdón de nuestros pecados. ¡Nuestra salvación está consumada
gracias a JESÚS!
Puesto que estamos limitados por nuestras mentes y
sentidos humanos, no podemos comprender por completo todo lo que el CORDERO de
DIOS soportó para darnos la salvación. Pero sabemos lo suficiente para entender
que le debemos nuestras vidas.
ÉL tomó nuestro lugar en la cruz; démosle, entonces,
el primer lugar en nuestros corazones. Que en este día pienses con profundidad
en cuánto DIOS te ama, y en lo que estuvo dispuesto a hacer para recibirte como
hijo suyo para siempre.
OREMOS: Gracias SEÑOR porque todo aquel
que en Tí cree, no se pierde sino que tiene vida eterna. Gracias por las pruebas
y muestras de Tu amor. En el nombre de CRISTO, amén.
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