Tú eres de gran valor.
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diaria
PERDIDO Y HALLADO
Nuestro Pan Diario
**Leer Lucas 15:4-24
LUCAS 15:24 "Este mi hijo muerto era, y ha revivido;
se había perdido, y es hallado."
Un artículo en un periódico describía
los esfuerzos de hombres de mediana edad que estaban tratando de encontrar su
automóvil favorito, que una vez poseyeron y amaron, pero que habían perdido. Buscaban en anuncios para automóviles en
Internet, llamaban a depósitos de chatarra e incluso contrataban a
especialistas que cobran US$ 400 por hora para ayudarlos a buscar un automóvil
que una vez simbolizó la juventud de estos hombres. Ellos, de hecho, quieren el
vehículo que una vez poseyeron, no otro que simplemente se le parezca. Algunos dirían que
estos esfuerzos son frívolos, un desperdicio de tiempo y dinero. Pero el valor de un automóvil, al igual que
muchas cosas, depende de quién lo mire.
En Lucas 15, personas despreciadas por
su sociedad vinieron a escuchar a JESÚS. Pero algunos líderes religiosos se
quejaron: «Este
a los pecadores recibe, y con ellos come» (v. 2). A fin de declarar cuán
valiosos son estos «pecadores» para DIOS, JESÚS contó tres historias acerca: de
la oveja perdida (vv. 4-7), la moneda perdida (vv. 8-10) y el hijo perdido (vv.
11-32). Cada parábola registra la angustia de perder, el esfuerzo de buscar y
el gozo de encontrar algo de gran valor. En cada historia vemos un cuadro de DIOS,
el Padre amoroso, que se regocija por cada alma perdida que se salva.
Aún cuando te sientas lejos de DIOS hoy,
tú eres de gran valor para ÉL. ÉL te está buscando. DCM
OREMOS: Gracias PADRE Celestial por el
día que me das. Gracias por las bendiciones recibidas y gracias porque Tú
siempre estás a mi lado. En el nombre de CRISTO, amén.
**Leer Lucas 15:4-24
4 «Supongamos
que uno de ustedes tiene cien ovejas y pierde una de ellas. ¿No deja las
noventa y nueve en el campo, y va en busca de la oveja perdida hasta
encontrarla? 5 Y cuando la encuentra, lleno de alegría la carga
en los hombros 6 y vuelve a la casa. Al llegar, reúne a sus
amigos y vecinos, y les dice: "Alégrense conmigo; ya encontré la oveja que
se me había perdido." 7 Les digo que así es también en el
cielo: habrá más alegría por un solo pecador que se *arrepienta, que por
noventa y nueve justos que no necesitan arrepentirse.
8 »O
supongamos que una mujer tiene diez monedas de plata y pierde una. ¿No enciende
una lámpara, barre la casa y busca con cuidado hasta encontrarla? 9 Y
cuando la encuentra, reúne a sus amigas y vecinas, y les dice: "Alégrense
conmigo; ya encontré la moneda que se me había perdido." 10 Les
digo que así mismo se alegra DIOS con sus ángeles[b]por un
pecador que se arrepiente.
11 Ün hombre
tenía dos hijos —continuó Jesús—.12 El menor de ellos le dijo a
su padre: "Papá, dame lo que me toca de la herencia." Así que el
padre repartió sus bienes entre los dos. 13 Poco después el
hijo menor juntó todo lo que tenía y se fue a un país lejano; allí vivió
desenfrenadamente y derrochó su herencia. 14 »Cuando ya lo
había gastado todo, sobrevino una gran escasez en la región, y él comenzó a
pasar necesidad. 15 Así que fue y consiguió empleo con un
ciudadano de aquel país, quien lo mandó a sus campos a cuidar cerdos. 16 Tanta
hambre tenía que hubiera querido llenarse el estómago con la comida que daban a
los cerdos, pero aun así nadie le daba nada. 17 Por fin
recapacitó y se dijo: "¡Cuántos jornaleros de mi padre tienen comida de
sobra, y yo aquí me muero de hambre! 18 Tengo que volver a mi
padre y decirle: Papá, he pecado contra el cielo y contra ti.19 Ya
no merezco que se me llame tu hijo; trátame como si fuera uno de tus
jornaleros." 20 Así que emprendió el viaje y se fue a su
padre.» Todavía estaba lejos cuando su padre lo vio y se compadeció de él;
salió corriendo a su encuentro, lo abrazó y lo besó. 21 El
joven le dijo: "Papá, he pecado contra el cielo y contra ti. Ya no merezco
que se me llame tu hijo." 22 Pero el padre ordenó a sus
*siervos: "¡Pronto! Traigan la mejor ropa para vestirlo. Pónganle también
un anillo en el dedo y sandalias en los pies. 23 Traigan el
ternero más gordo y mátenlo para celebrar un banquete .24 Porque
este hijo mío estaba muerto, pero ahora ha vuelto a la vida; se había perdido,
pero ya lo hemos encontrado."Así que empezaron a hacer fiesta.
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