LA ORACIÓN NUNCA MUERE

Hoy confiaré seguro en DIOS por todo lo que necesito.

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Bendiciones,

Enio

Meditación Diaria

LA ORACIÓN NUNCA MUERE

El Aposento Alto 

APOCALIPSIS 5:1-8 “Vi en la mano derecha del que estaba sentado en el trono un libro escrito por dentro y por fuera, sellado con siete sellos. ² Y vi un ángel poderoso que pregonaba a gran voz: «¿Quién es digno de abrir el libro y desatar sus sellos?» ³ Pero ninguno, ni en el cielo ni en la tierra ni debajo de la tierra, podía abrir el libro, ni siquiera mirarlo. ⁴ Y lloraba yo mucho, porque no se hallaba a nadie que fuera digno de abrir el libro, ni siquiera de mirarlo. ⁵ Entonces uno de los ancianos me dijo: «No llores, porque el León de la tribu de Judá, la raíz de David, ha vencido para abrir el libro y desatar sus siete sellos.»

⁶ Miré, y vi que en medio del trono y de los cuatro seres vivientes y en medio de los ancianos estaba en pie un Cordero como inmolado, que tenía siete cuernos y siete ojos, los cuales son los siete espíritus de Dios enviados por toda la tierra. ⁷ Él vino y tomó el libro de la mano derecha del que estaba sentado en el trono. ⁸ Cuando hubo tomado el libro, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero. Todos tenían arpas y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de los santos.“ 

Años después de la muerte de JESÚS, Juan de Patmos tuvo una visión increíble. Vio el trono celestial, al Cordero de DIOS, la gran comunión de los santos y algo que suelo pasar por alto: Allí, en el trono de DIOS, los ancianos llevaban recipientes de oro llenos de oraciones. Las oraciones del pueblo de DIOS estaban allí, elevándose como el incienso ante el trono del SEÑOR.

Cada petición, cada deseo y anhelo, cada intercesión, clamor y oración que se elevó alguna vez, flota como el incienso ante el trono de DIOS. Cuando me siento desalentado, como que algo falta en mi vida, recuerdo esta imagen del Apocalipsis e imagino mi oración en ese lugar. El SEÑOR nos cuida con amor y desea que vivamos una vida plena y abundante. Y aunque no siempre lo vemos obrar, podemos confiar en que nuestras oraciones se elevan ante DIOS y que serán respondidas a Su manera y a Su tiempo, para nuestro bien y para la gloria de DIOS.

OREMOS: PADRE Celestial, gracias por la vida eterna que nos ofreces mediante JESÚS, Tu Hijo. Ayúdanos a mantener una perspectiva de lo eterno al transitar cada día. En el nombre y amor de CRISTO JESÚS, amén.

Sr Stephen Hopkings (Tennessee, EE.UU.)

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