miércoles, 10 de junio de 2020

AYUDAR AL PRÓJIMO

¿Cómo demuestro el amor hacia mi prójimo?
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Bendiciones,
Enio
Meditación Diario
AYUDAR AL PRÓJIMO
El Aposento Alto
**Leer Lucas 10:28-37
LUCAS 10:27 “Aquél, respondiendo, dijo:
—Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo.(RV95)
En la parábola del buen samaritano, JESÚS relató la actitud que mostraron tres personajes distintos ante la necesidad de su prójimo. Es interesante notar quiénes eran estos personajes y cómo actuaron. Los primeros dos personajes, el sacerdote y el levita, pasaron junto al camino y actuaron de forma indiferente ante aquel hombre mal herido. El tercer personaje era un samaritano. Éste mostró compasión ante la necesidad de aquel desconocido. Este hombre se detuvo junto al camino, socorrió aquel hombre mal herido e hizo lo necesario para dejarlo bajo atención hasta que nuevamente regresara.
En ocasiones nos encontramos tan ocupados en nuestros propios intereses, que pasamos por alto aquellas necesidades de los demás aún estando en posición de ayudar.
La palabra de DIOS nos enseña que debemos amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos. DIOS desea que tengamos un corazón que pueda ver las necesidades de otras personas y obremos en su ayuda. Esto podrá costarnos salir de nuestra zona de comodidad, pero haciendo ésto estaremos llevando el reino de los cielos a vidas necesitadas, mediante el amor y la compasión.
OREMOS: DIOS, ayúdanos a mostrar TU amor 
al prójimo brindándoles nuestra ayuda. 
En el nombre de JESÚS, amén.
Sr. Emmanuel De La Rosa (Santiago, Rep. Dominicana)
**Leer Lucas 10:28-37
El buen samaritano
25 Un intérprete de la Ley se levantó y dijo, para probarlo: —Maestro, ¿haciendo qué cosa heredaré la vida eterna?
26 Él le dijo: —¿Qué está escrito en la Ley? ¿Cómo lees?
27 Aquél, respondiendo, dijo: —Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo.
28 Le dijo: —Bien has respondido; haz esto y vivirás.
29 Pero él, queriendo justificarse a sí mismo, dijo a Jesús: —¿Y quién es mi prójimo?
30 Respondiendo Jesús, dijo: —Un hombre que descendía de Jerusalén a Jericó cayó en manos de ladrones, los cuales lo despojaron, lo hirieron y se fueron dejándolo medio muerto. 31 Aconteció que descendió un sacerdote por aquel camino, y al verlo pasó de largo. 32 Asimismo un levita, llegando cerca de aquel lugar, al verlo pasó de largo. 33 Pero un samaritano que iba de camino, vino cerca de él y, al verlo, fue movido a misericordia. 34 Acercándose, vendó sus heridas echándoles aceite y vino, lo puso en su cabalgadura, lo llevó al mesón y cuidó de él. 35 Otro día, al partir, sacó dos denarios, los dio al mesonero y le dijo: “Cuídamelo, y todo lo que gastes de más yo te lo pagaré cuando regrese.” 36 ¿Quién, pues, de estos tres te parece que fue el prójimo del que cayó en manos de los ladrones?
37 Él dijo: —El que usó de misericordia con él.
Entonces Jesús le dijo: —Ve y haz tú lo mismo.
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